La Nochevieja es sinónimo de fiesta en todas partes. Por supuesto, también en Barbanza. La gran mayoría de los ciudadanos disfrutaron del ocio nocturno sin contratiempos. Sin embargo, hubo quien acabó en el hospital de Barbanza. Fuentes sanitarias señalaron ayer que en la madrugada del 1 se registraron cuatro casos de intoxicaciones etílicas. El número, aunque preocupante, es inferior al que se computó en otras ocasiones, lo que deja lugar a la esperanza de que poco a poco los ciudadanos se vayan concienciando de que hay que ser prudentes con el alcohol.
Como suele suceder, en lo que va de Navidades también se registraron algunas urgencias derivadas de los excesos grastronómicos. Aunque este año, quizás por la crisis o porque cada vez la gente se cuida más, también hubo menos casos que en ejercicios anteriores.
En el caso de las intoxicaciones etílicas, en el hospital suelen seguir un protocolo básico. Primero se le da al paciente un relajante y luego se espera a que se pasen los efectos del alcohol para ver cómo es su situación.
Por otra parte, lo que sí se está registrando en las urgencias hospitalarias en los últimos días es un alto número de niños con cuadros catarrales o gripales. Habitualmente, cuando esto sucede a la semana siguiente también aumenta el número de mayores afectados por afecciones respiratorias, que se acaban contagiando de las patologías de los pequeños.
De todas formas, desde el hospital señalaron ayer que este mes de diciembre puede calificarse de bueno, ya que el nivel de urgencias está siendo relativamente bajo. Todavía no llegó el gran pico de gripe que todos los años acaba por colapsar el área de urgencias del hospital de Oleiros. Aún así, no se puede cantar victoria puesto que queda mucho invierno por delante y es probable que tarde o temprano afloren las infecciones respiratorias.