«La intervención de Médicos del Mundo en Barbanza continuará»

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

30 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nacida en Ribeira, la enfermera Eugenia Sampedro Pérez forma parte de la gran familia de Médicos del Mundo, una organización que trabaja para que el acceso a la salud sea un derecho de todas las personas. Pese a que desarrolla su labor en la delegación que la oenegé tiene en Santiago, hace unos días pisó su ciudad natal para presentar un avance del trabajo que está desarrollando sobre la prostitución en la comarca, en el marco de las jornadas promovidas por el Concello con motivo del Día Mundial contra a Violencia de Xénero.

-A simple vista, parece que el índice de prostitución no es destacable en Barbanza, ¿por qué se eligió esta comarca para hacer el estudio?

-Desde Médicos del Mundo, yo me encargo del ámbito de la prostitución en el área de Santiago y lo que hacemos es acercarnos a zonas del entorno que engloben un volumen de población importante. Si bien es cierto que parece que el índice de prostitución no es importante, sí es visible la existencia de varios clubes, como también es evidente, a través de los anuncios, que hay pisos dedicados a este fin. Es en estos ámbitos en los que queremos actuar.

-Durante el trabajo de investigación efectuado, ¿le llamó la atención algún dato?

-Quizás, la procedencia de las mujeres que se dedican a la prostitución, pues la mayoría son dominicanas. Consideramos también que el número de clubes de alterne existente en Barbanza es significativo con respecto al ámbito territorial y a la cifra de habitantes.

-Del informe se extraen una serie de conclusiones, como la existencia de un centenar de casos de prostitución en Barbanza, la mayoría, mujeres de entre 25 y 44 años, ¿y ahora qué?

-Estos datos nos permiten trabajar. De hecho, la intervención de Médicos del Mundo en Barbanza continuará, pues del estudio se ha concluido que hay personas con necesidades específicas en este ámbito. La actuación consiste en acercarnos a ellas y desenvolver un programa de educación para la salud, con el fin de promover una serie de conductas preventivas. Se trata, por una parte, de repartir material, tanto informativo como relacionado con la prevención de enfermedades, y por otra, de tramitar derivaciones hacia el sistema sanitario, tanto para hacer pruebas como para practicar interrupciones de embarazos o para recibir tratamientos.

-Durante el trabajo realizado hasta la fecha en Barbanza, ¿cuál ha sido la respuesta de los destinatarios?

-La receptividad ha sido total por parte de los destinatarios del programa. Son personas con necesidades y con ganas de informarse, son agradecidas. Lo cierto es que tampoco están acostumbradas a recibir este trato.

-¿Tiene fecha de caducidad este programa?

-Hay que tener en cuenta que se trata de un plan de actuación costoso y estamos pendientes de encontrar alguna vía de financiación. Nuestra intención es continuar e incluso extender el programa, llegando a dos clubes que están en la zona de Boiro y a más pisos.

-¿Qué le llevó a entrar a colaborar con Médicos del Mundo?

-Mi relación con esta oenegé surgió en el 2002, a raíz del desastre del Prestige. Yo actué como voluntaria, prestando atención sanitaria a aquellos que estaban retirando el fuel. Fue así como entré en contacto con Médicos del Mundo, una organización que me gustó porque trabaja con población en riesgo de exclusión social, pero aquí en España.

«Son personas con necesidades

y con ganas de informarse, son agradecidas»

«El número de clubes de alterne existente en Barbanza es significativo»