La normativa que rige el funcionamiento de los furanchos fue redactada por el anterior Gobierno de la Xunta. Nunca contó con el respaldo del sector, que se manifestó ya en reiteradas ocasiones para exigir una reformulación de la misma. A eso se comprometió el equipo del ahora presidente autonómico, Alberto Núñez Feijoo. Pero, por el momento, los propietarios de estos establecimientos siguen a la espera.
Xunta y representantes del sector han mantenido varias reuniones para tratar de poner fin a los problemas de alegalidad a los que se tienen que enfrentar los establecimientos de este tipo. Actualmente, se siguen rigiendo por el decreto del bipartito, que ya desde el principio no gustó a los furancheiros. Sobre todo, porque les impedía dar comida cocinada y porque, en algunos casos, equiparaba sus instalaciones con las de cualquier local de hostelería. «Non sabemos por que a Xunta non termina de ter as reunións que ten que ter con nós», explica Miniño. A finales del pasado año, la Administración autonómica aseguraba que cinco consellerías estaban trabajando en la redacción del nuevo documento. Miniño reconoce que, desde entonces, se han mantenido varios encuentros. Pero la normativa prometida no ha logrado salir adelante, por los menos, por ahora.
Regulación temporal
Así las cosas, los furanchos que cuentan con permisos de apertura se rigen por el famoso decreto. Todos los años, explica Miniño, comunican al Concello el momento en el que prevén abrir sus puertas. Pueden hacerlo durante un período de tres meses, entre diciembre y junio del año siguiente. «Os que estamos legales en Sanxenxo, que debemos ser seis ou sete, seguimos o que di o decreto», explica el portavoz de los propietarios de este tipo de locales.
También reconoce que hay establecimientos que han intentado legalizar su situación, pero que no lo han conseguido. Y es que, a mayores de exigir toda una serie de documentación sobre sus cosechas, la normativa actual consideran que deben cumplir con cuestiones como la accesibilidad. «Moitos furanchos son galpóns que non cumplen o que di a normativa e os concellos non lle dan licencia», explica Miniño. De ello son responsables los ayuntamientos, que «piden que sexamos case coma restaurantes», argumenta. Sucede, sobre todo, en la comarca de O Salnés, pues en O Morrazo, otra comarca en la que existen numerosos locales de estas características, los municipios no son tan exigentes.
Así las cosas, el sector espera que la Xunta se dé prisa con la redacción de la nueva normativa que regulará la actividad de estos establecimientos. Y es que todo apunta a que, tras la abundante cosecha de este año, a partir de diciembre los furanchos volverán a abrir sus puertas en la provincia de Pontevedra. Muchos lo harán para tratar de vender una producción que no han sido capaces de colocar en Rías Baixas.
Cinco consellerías están trabajando en la redacción de la nueva normativa
Los concellos «piden que sexamos como restaurantes»,
se queja Miniño