La operación Centinela Gallego comenzó el pasado 15 de julio y concluirá a mediados del próximo mes. En la misma interviene personal del Ejército de Tierra y de Infantería de Marina.
-Su trabajo consiste en vigilar, ¿cuántos observatorios tienen?
-No hay un número concreto. Cada patrulla tiene los suyos y los puntos de observación varían. Desde todos ellos se divisa una amplia zona del territorio asignado.
-Imagino que antes de iniciar el despliegue efectuaron una inspección del terreno.
-Una semana antes de comenzar la operación recorrimos la zona para conocer las rutas y establecer puntos de observación. Además, existe un trabajo previo de coordinación con los ayuntamientos, autoridades locales y todos los agentes implicados en la extinción.
-Aunque la presencia del Ejército ya es habitual durante el verano en la lucha contra el fuego, ¿cómo es su relación con la población?
-La gente ha visto que nuestra presencia sirve de algo y la ve bien. No hemos tenido ningún incidente, todo lo contrario. Como mucho, sorpresa.
-¿Sorpresa?
-Sí. Algunas personas, generalmente de fuera, les han preguntado a las patrullas qué hacían. Desconocían esta labor del Ejército.
-Lo cierto es que si puede resultar algo chocante, dado que la imagen habitual es de actuaciones en lugares de conflicto o catástrofe.
-Si somos los primeros en salir a catástrofes exteriores, que menos que evitar las nuestras. Contribuimos a la prevención de incendios forestales y para nosotros es un placer estar involucrados en esta operación. La gente es voluntaria. La recompensa está en la reducción del número de incendios.