Ni el calor ni el cansancio de la víspera pudo achicar el ambiente desde ayer por la mañana en el puerto de Portosín. Poco antes del mediodía, el olor a sardina ya conquistaba el paladar de los presentes, que tras oír el pregón ofrecido por los integrantes de La Banda del Capitán Canalla se lanzaron a la sombra de la carpa para degustar este manjar típico de la localidad.
El apetito no faltaba entre los presentes, ya que la cola se prolongaba durante metros y metros, llegando la organización a repartir hasta 800 raciones de sardinas. O lo que es lo mismo, unos seiscientos kilos de este manjar típico de la localidad sonense. Con el estómago lleno, la música de la charanga Mecánica sudó desparpajo e hizo moverse a mayores y pequeños por igual. Mientras, en la parte del puerto más próxima al náutico, los hinchables no defraudaron a los más pequeños, que disfrutaron con ellos hasta la hora de comer.
Por la tarde, los críos volvieron a ser los protagonistas de la celebración con una fiesta diseñada para ellos. También estaba previsto que la charanga Mecánica repitiese su repertorio.
Para el atardecer se programó el desafío a remo entre la cofradía y el club náutico de Portosín y, para que la fiesta no decayese por la noche, el folk y las orquestas estaban llamados a ser los protagonistas.