Algunos concellos demoran los arreglos debido a la escasez de fondos
20 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El vandalismo que semanalmente se produce en los municipios de la comarca supone un desembolso de miles de euros para las arcas municipales. En una comarca en la que abundan las plazas y paseos con losetas de granito, solo la eliminación de las pintadas constituye, además de un considerable número de horas de trabajo, un importante desembolso económico.
El responsable en Ribeira de la empresa que se encarga de la limpieza viaria, Enrique Cores, ofrece un ejemplo para evidenciar lo costoso que resulta: «Limpiar una casa de unos mil metros cuadrados puede costar unos 80 euros, suprimir un grafiti en una zona de dos metros cuadrados sale por 160».
Pulir la piedra
Lo peor, explica este profesional, es que ni siquiera el éxito de la operación está garantizado: «En función del tipo de piedra puede lograrse el 100%, pero si es muy porosa hay que pulirla».
Cores señala que esto pasa, por ejemplo, con las losetas del malecón, de las que borrar con decapante algo escrito es misión imposible.
El paseo marítimo de Coroso es uno de esos espacios que de forma periódica sufre la acción de los vándalos. Actualmente, parte del pretil que separa la zona peatonal de la playa tiene una gran pintada.
Las jardineras que adornan las calles de la comarca también suelen padecer los ataques de quienes no respetan lo público. En Boiro, las flores de la calle peatonal no hay semana que no sean arrancadas. El alcalde, Xosé Deira, indica que antes las reponían de forma constante, pero reconoce que ahora no se hace porque supone un gasto que resulta difícil de sobrellevar.
Otro lugar que sufre el azote de los destrozos es el parque pobrense de O Castelo: papeleras, farolas, bancos y juegos son los principales objetivos. También en Cabío son frecuentes los daños. El Concello acaba de adquirir un centenar de papeleras de acero, a 30 euros la unidad, para acometer una amplia reposición: «Comprámolas deste material porque é máis resistente», señala Isaac Maceiras.
También en Porto do Son saben mucho sobre alterar lo que es de todos. Recientemente, en el paseo peatonal de A Atalaia rompieron seis farolas y no es la primera vez, según explica el regidor, Xoán Rodríguez, que aparecen arrancadas o manipuladas cajas de encendido automático de la luz pública. La edila Ánxela Franco indica: «Costou máis cartos eliminar as pintadas que a recuperación dunha fonte que, coa axuda dos veciños, levamos a cabo en Miñortos».
Las paradas de bus también son frecuente objeto de los vándalos en Ribeira. En un intento por evitar los destrozos, el Concello ha decidido decorarlas con grandes imágenes del municipio. Al mismo tiempo sirven de escaparate turístico y se ofrecen teléfonos de interés
El concello sonense tiene una auténtica cruzada con las pintadas en las marquesinas. Limpiarlas es muy difícil, a veces ni siquiera se logra porque son de granito, un material muy poroso y, además, resulta muy caro. Un bote de un kilo de decapante cuesta 30 euros