«Ramón Sampedro miraba a la muerte desde la vida»«La Ley de Autonomía del paciente es un avance tibio»

a. gerpe Elías pérez sánchez presidente en galicia de derecho a morir dignamente RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Afirma que «Mar adentro» refleja muy bien al vecino de Porto do Son

16 ene 2011 . Actualizado a las 07:00 h.

Profesor de ética y filosofía en un instituto de Lugo, Elías Pérez Sánchez fue a principios de los noventa, junto con el vecino de Porto do Son Ramón Sampedro, uno de los fundadores en Galicia de Derecho a Morir Dignamente (DMD). Desde hace algo más de año y medio preside la entidad.

Empecemos por el principio, ¿qué es DMD?

Ofrecemos asesoramiento sobre los derechos y obligaciones del enfermo, atención personalizada para casos concretos y asesoramiento jurídico y médico en enfermedades incapacitadoras o terminales. Realizamos actividades de concienciación y reivindicativas sobre la propia disposición de la vida.

¿Concienciación?

Intentamos concienciar acerca del sufrimiento. No siempre en el sistema sanitario se llevan a cabo sedaciones paliativas con enfermos terminales. En Galicia, DMD utiliza siempre una máxima: prudencia, más prudencia y después, prudencia. A nosotros acuden personas en estados de depresión transitoria y las derivamos para que busquen ayuda a través de la psiquiatría y la psicología. Solo aconsejamos a personas que no quieren llegar a una situación de sufrimiento.

La batalla judicial y los escritos de Ramón Sampedro marcan un antes y un después en la lucha por una muerte digna

Su vida y su muerte supusieron un punto de inflexión y provocaron una intensa reflexión sobre el derecho a disponer de la propia vida, pese a que la situación de Ramón Sampedro no era de enfermedad terminal. Yo conocía a Ramón Sampedro, conversábamos mucho por teléfono y en un par de ocasiones estuve en su casa. Su muerte me produjo una sensación contradictoria. Por un lado comprendía su situación y por otro me dolía perder a una persona tan importante.

¿Cómo le conoció?

A través de una carta que mandó a los socios de DMD. Después tuve conversaciones telefónicas y me recibió en su casa, donde hablamos sobre la publicación de una serie de artículos. Yo seguía su situación jurídica muy de cerca. En agosto de 1997 fue la última vez que hablamos. Ramón Sampedro ya me transmitió la idea de que tenía ganas de acabar. Le animé a seguir hasta que saliese la sentencia del Tribunal Constitucional. Él estaba convencido de que iba a ser negativa. Murió antes y ya no hubo sentencia. Creo que si hubiese salido a la luz habría tenido un valor jurídico muy importante. Su muerte me sorprendió, confiaba en que aguardaría.

¿Cuál considera que fue su mayor aportación?

Mantenía una postura crítica, irónica y escéptica ante la vida. Ramón Sampedro miraba a la muerte desde la vida. Era un luchador, culto, respetuoso, sincero, cariñoso. Esto se ha visto muy bien reflejado en la película Mar adentro. Con Ramón Sampedro e Inmaculada Echebarría, una mujer con distrofia muscular progresiva, comenzó el debate serio y profundo sobre la eutanasia. Echebarría fue un referente a la hora de sacar adelante la ley andaluza de derecho a una muerte digna. Sampedro es el referente más importante que hay en el debate sobre la libre disponibilidad de la vida. Ramón Sampedro retó a tres instituciones: religiosa, médica y jurídica, de ahí su testamento.

Mar adentro

Abrió el debate y este todavía continúa

A veces se quejaba de que los debates le parecían poco profundos. Hay que universalizar el debate sobre este tema dando cabida a todo tipo de opiniones, incluida la de DMD. En Galicia, y con este Gobierno, cuando se hacen mesas redondas relacionadas con este asunto, en los medios de comunicación públicos no cuentan con nosotros. Nosotros defendemos la vida digna y la muerte digna, ayudamos a la gente a buscar alternativas vitales y el sistema sanitario también debería hacer lo mismo. Yo no tengo tan claro que el sistema sanitario defienda en todos los casos la vida digna.

presidente en galicia de derecho a morir dignamente

Autor de varias publicaciones sobre la eutanasia, participa en conferencias de bioética y debates. Su tesis trata sobre la muerte digna.

¿La ley que regula los cuidados paliativos responde a las necesidades?

La ley de autonomía del paciente es un avance tibio, ha dejado espacios oscuros de interpretación diferente y difícil. No es plural desde el punto de vista ideológico. El problema está en que algunos hospitales, algunos médicos, no tienen en consideración sus propios códigos deontológicos. Soy escéptico sobre la ley de muerte digna que el Gobierno va a preparar, aunque bienvenida será cualquier ley. Debería afrontarse la realidad con una norma que regule los derechos de los enfermos al final de su vida. Según las encuestas del CIS, el 70% de la población está de acuerdo en regular la muerte digna a través de un control serio y estricto desde el punto de vista legal y penal.

¿A qué atribuye usted el miedo a elaborar una ley clara?

En este momento el miedo está en la Iglesia católica. No hay acuerdo por parte de las fuerzas políticas. Existe un miedo ancestral a la respuesta que pueda adoptar la Iglesia. Sin embargo, en este momento hay teólogos que parece que se están contradiciendo con respecto a la postura de la doctrina católica.

¿Y entre los médicos?

Actualmente existe una mayor sensibilidad que hace unos años a favor de los supuestos eutanásicos por parte de la clase médica. Otra cosa es la organización médica y colegial, el comité de deontología médica; y otra son las instituciones.

Habla de un respaldo mayoritario de la población a regular el derecho a una muerte digna, ¿cuál es la situación de DMD en Galicia a nivel social?

Nosotros cada vez tenemos más socios. Hemos crecido por encima de otras entidades, como Cataluña, Madrid y el País Vasco. En este último año y medio hemos experimentado un incremento del 40%, mientras que el resto lo ha hecho un 10%. Cada vez es mayor el número de personas que se interesa por nuestros objetivos. Nosotros proporcionamos información y acompañamiento a personas que, básicamente, lo que necesitan es ser escuchadas

«Nosotros ayudamos a la gente a buscar alternativas vitales»