Las bibliotecas de la comarca han ampliado muchísimo su función en los últimos años. Han pasado de ser un centro donde se prestan libros o en el que se acude a consultar obras y estudiar, a convertirse en un verdadero foco cultural, en el que se ofrecen todo tipo de actividades lúdicas, sobre todo para los más pequeños, que se familiarizan de este modo con este entorno.
En relación con este tipo de programaciones, es el municipio de Muros el que se lleva la palma. Según los datos del 2009 facilitados por la Consellería de Cultura, en los centros muradanos se realizaron nada menos que 80 actividades. En ese mismo año, le siguen los municipios de Boiro y Outes, con 60 espectáculos cada uno, y el de Rianxo, donde se efectuaron un total de 45. Las peores cifras son las de A Pobra, donde no se llevó a cabo ninguna actividad; Noia, con solo 9, y Mazaricos, con 12.
«Son importantes este tipo de actividades. Hay que acabar con la idea de que las bibliotecas son solo salas de lectura o estudio. Son eso y mucho más», explica María Elena Prada, auxiliar de la biblioteca de Ribeira. «Aquí hay usuarios que protestan cuando se hacen actividades, es una pena. Pero, para evitar esas situaciones, trasladamos algunas de ellas al auditorio, con el que colaboramos», continúa esta mujer.