Las dudas del PP provincial ante la elección de Tomé y la división interna que esto generó avivan el aniversario
BARBANZA
Una travesía por el desierto es la que están viviendo los conservadores sonenses. Siendo la sensación que dejan a su paso y con sus actos: La de no haber superado todavía la moción que les hizo perder la alcaldía. Después de un invierno y una primavera en donde las acusaciones y descalificaciones enturbiaron el ambiente en el pueblo, llegó el verano y las prisas por amarrar la candidatura del PP en la elecciones del 22 de mayo.
Fue entonces cuando empezó el baile de posibles candidatos. Los nombres se multiplicaban, no estando presente el de Manuel Tomé Piñeiro en ninguna de las quinielas. Aún así, tanto el ex alcalde como su equipo defendieron el trabajo realizado durante su mandato.
Cabe decir que el manual recomienda que en caso de moción lo normal es repetir la lista, algo que desde la ejecutiva provincial del partido siguieron al dedillo. Quizás, en parte por que otra de las firmes candidatas a las que el partido propuso la vacante la rechazó. Fue el caso de la portavoz del PP en Ribeira, Herminia Pouso, que en declaraciones a La Voz el 14 de septiembre reconocía que «determinadas personas vinculadas al partido me lo propusieron y yo contesté que lo pensaría. Estoy en política por Torres, de quien aprendí mucho, pero eso es una gran responsabilidad que conlleva sacrificar muchas cosas que no quiero perder».
Por si esto fuera poco, la elección final de Tomé creó una división entre la militancia local que todavía hoy sigue vigente.