Los alumnos de la guardería de Ribeira realizaron ayer con gran éxito un ejercicio de simulacro de incendio que para ellos se convirtió en un auténtico espectáculo.
Todo comenzó cuando la responsable del centro, María José Escurís, detectó que se había iniciado el fuego en la cocina y, a partir de ese momento, activó el protocolo de emergencia. Un simulador de humo contribuyó a dar realismo a la simulación. Siguiendo las indicaciones de las profesoras, los niños de mayor edad abandonaron las instalaciones y se concentraron en el patio. Los pequeños fueron desalojados por las monitoras.
A la escuela infantil comenzaron a llegar camiones de bomberos y de Protección Civil de Ribeira, así como de las policías local y nacional. Los niños recibieron a los equipos de emergencias con aplausos. Después se quedaron impresionados al ver como instalaban un hospital de campaña, que para ellos era como un gran hinchable.
La jornada para los pequeños resultó perfecta porque tuvieron la oportunidad de examinar de cerca los coches de bomberos y de recibir la atención de los profesionales.