«El teatro escolar sirve para que los niños aprendan a valorar el trabajo de sus compañeros»

BARBANZA

Empezó siendo una actividad de ocio que se ha convertido en un oficio en el que se ha asentado y especializado tras 12 años

20 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Reconoce tener la suerte que supone dedicarse a «lo que más me gusta». Una experiencia que hoy ha profesionalizado y a la que dedica mucho más tiempo del que corresponde, «aunque de buena gana».

Natural de Palmeira, Domingo Armental, Mingos, «como me conoce todo el mundo», trabaja con la cantera de actores que existe en los colegios de Ribeira, «población en la que hay afición tanto a nivel escolar como en la categoría de adulto». Destaca la labor que desde el Concello se realiza fomentando el arte escénico, «algo que se hace desde hace tiempo y de manera paulatina».

Defiende el teatro como una parte importante en la formación de las personas, en donde al margen de los beneficios lúdicos, «hoy es percibida con una mayor apertura de mente ya que ofrece a los pequeños la posibilidad de desarrollar su capacidad gestual, de empatía y compañerismo con el resto de niños que participan en las obras».

En el apartado de sensaciones favorables, Mingos evoca que uno de las mayores satisfacciones que ofrece su trabajo son las representaciones a final de curso que durante meses ensayan: «Claro que lo es, ya que pones tu trabajo sobre el escenario sin buscar un resultado. Lo más confortable es disfrutarlo junto a los niños, que lo viven con muchos nervios e ilusión».

Otra de los resultados que vive con regocijo es la participación en la Mostra Infantil de teatro de Ribeira. «Algo que aporta a niños una experiencia de convivencia con lo compañeros de otros colegios a nivel cultural. Los enriquece a todos los niveles ya que pueden intercambiar las experiencias ensayadas a lo largo de todo un curso en las dos o tres obras, en el mejor de los casos, que hacemos» añade.

Más que ensayos

Además de dirigir, desvela que «no tengo mucho tiempo para escribir guiones, aunque si que adapto textos para las funciones de los niños».

En este sentido, afirma que «me gustan que participen en el montaje, dándoles la oportunidad a ellos de crear la historia para que luego la redactemos entre todos, aunque yo la perfile cuando está terminada. Sobre todo me gusta que participen en la adaptación de los personajes, tanto en su perfil psicológico como físico».

Los jóvenes valores escénicos que tiene bajo su tutela se inician con tres años: «Lo que pretendo es que vean el teatro como un juego aprovechando la mucha imaginación que tienen los niños de esta edad, sobre todo en infantil, aunque en primaria la cosa cambia. Se trata de conseguir que se diviertan y a la vez valoren el trabajo y el esfuerzo no solo que hacen ellos, sino también de sus compañeros».

Cocinero antes que fraile

«Siempre me dediqué un poco la hostelería, aunque con el teatro empecé de la mano de Chiqui Durán hace más de diez años en el grupo de teatro municipal», relata. Unos primeros pasos que reconoce tuvieron continuidad con su formación como actor y director en diferentes grupos escolares: «Fue entonces cuando me comentaron la posibilidad de empezar a dedicarme a esto, aunque en un principio tampoco lo tenía muy claro y fue Chiqui quien insistió en ello. El resto vino solo».

Experiencias que han cumplido sus expectativas, tal y como se recoge en algunas de las entrevistas realizadas desde sus inicios. Como la realizada en enero de 1999, cuando declaraba que «prefiero ir a paso a lento, lo que tenga que venir ya llegará con el tiempo, ahora solo me preocupa que el próximo estreno sea un éxito».