El mal tiempo y el paro ponen contra las cuerdas al palangre ribeirense

J.?M. Jamardo

BARBANZA

24 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El presidente de la Organización de Productores de Pesca del Palangre de Ribeira, (Orpal), José Ramón Blanco, expuso ayer al secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, que uno de los mayores problemas que tiene el colectivo es el escaso número de días de trabajo que llevan este año. Según explicó, entre el mal tiempo y las jornadas de paro biológico obligatorias del plan de recuperación de la merluza, desde enero tan solo salieron al mar unos 50 días, un hecho que económicamente es muy perjudicial para el colectivo.

Javier Garat acudió a Santa Uxía, acompañado de la secretaria general adjunta, Rocío Béjar, para iniciar una ronda de encuentros con sus asociaciones para analizar el libro verde de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC), con la finalidad de escuchar sus opiniones y plasmarlas en un documento que será presentado a la UE.

Tanto Garat como Blanco han apuntado que uno de los principales problemas a los que se enfrenta Orpal, que agrupa a unos cuarenta palangreros de fondo que desarrollan su actividad en el caladero Cantábrico-Noroeste, Marruecos y Mauritania a la captura de merluza y palometa, son el plan de recuperación de la merluza y la cigala, la necesidad de contar con mecanismos para seguir adaptando la flota a la disponibilidad de recursos, y mejorar las vías de comercialización para obtener unos precios en primera venta más que razonables.

Precios

Javier Garat indicó que «nos encontramos con unos precios de hace casi 40 años que apenas dan para cubrir costes». El representante de Cepesca fue más allá y recordó que los armadores le comunicaron que en 1971, la merluza se vendía a 500 pesetas el kilo, como en la actualidad, aunque «este año llegó a un euro el kilogramo», subrayó.

Preocupación

Los palangreros le han transmitido su preocupación sobre el plan de recuperación de la merluza y la cigala y, al mismo tiempo, reclamaron soluciones específicas que les permitan faenar, porque desde enero apenas han llegado a los 50 días de pesca, y no prevén que se alcancen los 100 hasta final de año, cuando el límite está situado en los 220 para esta flota.

Ante esta situación, los armadores incluso temen quedarse sin parte de los tripulantes, pues «muchos optan para enrolarse en otras flotas con más días de faena», dijo Garat.

José Ramón Blanco reiteró la necesidad de que en la reforma prevista se introduzca el fomento de I+D+i como elemento clave para la gestión de las pesquerías, y una investigación aplicada que adecúe la legislación a la necesidad del stock y también de toda la flota.