Emilia Mesa comenzó su relación con el deporte con 12 años. Practicó el balonmano, aunque poco después comenzó su andadura en el atletismo, disciplina en la que ha conseguido sus mejores triunfos. Sin embargo también ha obtenido medallas en salto de longitud o lanzamiento de jabalina.
-¿Como definiría usted el deporte?
-Es una forma de vida. Creo que no me puedo imaginar mi vida sin el deporte. Además de que me gusta es como una afición especial, y no soy capaz de pasar mucho tiempo sin practicarlo.
-¿Cuantos títulos tiene?
-Son muchos los que he conseguido. En total, 54 medallas de oro y una de plata. Este año, en el campeonato europeo he logrado proclamarme campeona de Europa en lanzamiento de jabalina, medalla de bronce en salto de longitud y cuarta clasificada en lanzamiento de peso.
-Supongo que cada medalla tendrá un significado propio, ¿no?
-Cada una de las medallas que he conseguido tiene detrás una larga historia, desde todo lo que tuve que entrenar hasta cómo logré finalmente conseguirla. Algunas fueron más difíciles de alcanzar y otras no tanto, aunque puedo asegurar que el esfuerzo que tienes que hacer para conseguir una es muy grande. Al fin y al cabo, compites con los mejores de todo el mundo.
-¿Existe alguna diferencia entre las competiciones habituales y las de veteranos?
-La principal diferencia es que las pruebas de veteranos son libres, no hay fases de preeliminación.
-¿Y, a nivel personal, ha notado el cambio?
-Sin duda, sí. Ahora disfruto mucho más de mis triunfos. A mi edad valoras mucho más las cosas que cuando tienes 20 años, aprendes a apreciar más lo que haces.
-¿Qué es lo más duro?
-Pues realmente es una vida muy espartana, mientras el resto sale tu tienes que quedarte a entrenar o a competir. Cuando eres joven te pierdes muchas cosas. Sin embargo, si te gusta, te compensa. Ahora lo hago por puro placer y realmente no renuncio a casi nada, pero con 55 años te tomas la vida de otra manera.
-¿Se puede vivir exclusivamente del deporte?
-No, desde luego hay que tener muy buena suerte y solo unos cuantos pueden llegar a hacerlo. Pero creo que cualquier deportista lo hace porque realmente esto es una forma de vida, y una vez que te metes en el, no hay forma de quitarse. Y, si no, mírame a mí, con 55 años y aquí sigo, y eso que me iba a retirar hace ahora más de 15.