Las fiestas más destacadas atraerán a Barbanza a unas 500.000 personas

BARBANZA

El presupuesto de las veinte celebraciones principales del período estival supera el millón de euros

05 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Satisfacer a los vecinos y atraer a cuantos más visitantes mejor son los objetivos que llevan a ayuntamientos, agrupaciones de vecinos y otras entidades a esmerarse cada año más a la hora de organizar las distintas celebraciones que tienen lugar en la comarca. La contratación de fuegos artificiales, orquestas, estrellas del panorama musical y animación callejera, y la preparación de exaltaciones gastronómicas suponen un desembolso económico impresionante. Solo el coste de las veinte fiestas más importantes que durante este verano tendrán lugar en Barbanza supera el millón de euros. En el lado positivo de la balanza se sitúa otra cifra también astronómica, la de las quinientas mil personas que está previsto que disfruten de estas grandes celebraciones.

Pese a lo que pueda parecer a primera vista, el presupuesto de las fiestas no siempre está directamente relacionado con la afluencia de público. Prueba de ello son las 65.000 personas que cada mes de julio se concentran en la ciudad ribeirense con la única finalidad de sumarse a la cita festiva más original de la comarca, la Dorna. Pese a causar tanto furor, sobre todo entre la juventud gallega, el presupuesto de estas celebraciones es de lo más modestos, ya que se sitúa en torno a los 26.000 euros.

Fervor religioso

Otro ejemplo de que un presupuesto de infarto no es imprescindible para convocar a las masas es lo que ocurre cada tercer domingo de septiembre en la villa pobrense. Cuarenta mil personas suelen concentrarse en la localidad con motivo de las fiestas en honor del Divino Nazareno. A pesar de que, para la ocasión, suelen invertirse unos 130.000 euros en la contratación de orquestas y otras actividades típicas, no son precisamente estas las que causan atracción. Esta se debe a un componente exclusivamente religioso, el fervor que despierta el santo.

Algo similar ocurre con las numerosas citas gastronómicas que en cada período estival tienen lugar en Barbanza. Las degustaciones suelen ser centro de atracción de gran cantidad de visitantes, pero la inversión a realizar no es muy elevada, puesto que suelen utilizarse productos típicos de la zona y, por lo tanto, donados por las entidades que se dedican a su explotación. Además, en buena parte de estas exaltaciones se cobra la ración, eso sí, a un precio módico.

Como ejemplos pueden mencionarse la fiesta del mejillón de Cabo de Cruz que, con un presupuesto de poco más de cuarenta mil euros, atrajo en su última edición a unas diez mil personas; y la exaltación del pulpo que tiene lugar en Porto do Son. Esta degustación suele congregar a unos dos mil comensales y el gasto que supone se sitúa en torno a los 40.000 euros.

La relación entre el gasto y la afluencia de público también es más que aceptable en las ferias de carácter medieval. La estrella de ellas es la noiesa que, con un presupuesto de unos 30.000 euros, atrae cada año a unas cincuenta mil personas. El tirón que están teniendo este tipo de celebraciones ha hecho que Ribeira, Porto do Son y A Pobra se sumen al carro.

Pegando cada vez más fuerte están las citas de carácter musical, aunque en este tipo de actividades, el presupuesto suele ser fundamental. Es por ello que los organizadores de conciertos como el Castelo Rock, que se organiza en Muros. o el Amañecer Musical, que tiene lugar en Outes, aumentan la inversión cada año. En esta ocasión, el coste de ambas iniciativas rondará los 150.000 euros.