Las cifras hablan por sí solas y dibujan un panorama bastante desolador en lo que al agro barbanzano se refiere. No en vano, en tan solo una década han desaparecido en la zona más de un millar de explotaciones ganaderas productoras de leche, lo que supone prácticamente el 70% de las que había censadas en 1998. La imposibilidad de adaptarse a las exigencias planteadas por el sistema de cuotas y la baja rentabilidad que registra esta actividad han sido una de los razones que llevó a muchos profesionales a echar el cierre.
De las que continúan en activo, más de la mitad no superan las 150 toneladas de producción anual, lo que teniendo en cuenta los costes de producción que se registran en este momento y los bajos precios de la leche en origen apenas les reportan unos ingresos netos de 7.000 euros al año.