El hospital policlínico La Rosaleda sigue ampliando prestaciones e instalaciones. En este caso se trata de un nuevo servicio de cirugía plástica y reparadora, al frente del que se situará Jacobo Máiz Bescansa, que ha trasladado su equipo desde la rúa da Senra a la primera planta de La Rosaleda.
La ampliación de este nuevo servicio se hace además con las últimas tecnologías en cirugía plástica. Y es que el centro incorpora una plataforma de láser y luz pulsada inteligente única en la comunidad europea, y la séptima que se implanta en un hospital en el mundo (el resto están en Estados Unidos).
Varias son las principales ventajas de este nuevo sistema: estar exento de toda calibración manual (lo que a veces provocaba errores en los tratamientos); su rapidez y eficacia; y el hecho de que no requiere la utilización de anestésicos tópicos o locales, ya que mediante el enfriamiento epidérmico continuo incorporado se convierte en una tecnología totalmente indolora y sin la sensación de calor o sofoco que provocan otros láseres.
«En este caso no hay ningún tipo de agresión por calor -explica Jacobo Máiz-, porque se produce un enfriamiento progresivo». Esto provoca además que la recuperación de las intervenciones sea, «rapidísima», afirma el nuevo responsable de este servicio.
Estos sistemas lumínicos dinámicos tratan lesiones melánicas y vasculares, pero también permiten aplicar un sistema de eliminación médica del vello no deseado. Máiz Bescansa explica que en este servicio trabajarán siete personas, y se llevará a cabo tanto cirugía plástica como reparadora. El médico señala que el volumen de cirugía plástica es elevada, ya que la reparadora se realiza en muchas ocasiones en la Seguridad Social, y estima que en torno al 15% de la cirugía plástica es demandada por varones.
El láser cristal YSGG, único en Europa, se utilizará para resurfacing fraccionado (técnica que permite que el haz de luz se emita en un tiempo muy corto y con la energía exacta para vaporizar el tejido sin quemar en profundidad) y otros tratamientos, y se caracteriza por la rápida recuperación del paciente en pocos días, y porque apenas tiene limitaciones posteriores a la exposición solar.
Otra de las incorporaciones es un láser neodimio equipado con una tecnología que permite proporcionar en tiempo real la calibración automática y el control independiente de la fluencia, la duración del pulso y la frecuencia de repetición para cada paciente. Una de las ventajas de los sistemas es que permiten personalizar el tratamiento para cada paciente, y que son ampliables y reformables para cualquier nueva innovación que pueda ser introducida en el sistema.
El equipo que dirige Máiz no se conforma con la incorporación de estas tecnologías -que se inaugurarán en unas semanas-, sino que todas las innovaciones que surjan en el mercado podrán incorporarse. «En estos momentos tenemos lo último, pero todo lo que aparezca nuevo lo veremos», indica.