Melendi invocó en Noia a los espíritus del inconformismo

Sara Ares NOIA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En directo | Con el «príncipe» de los canallas Más de dos mil personas vibraron en el patio del Instituto Campo de San Alberto con la actuación del músico asturiano, que derrochó simpatía

24 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

«Sé que habéis pasado una mala época por aquí. Para mí es un placer estar esta noche en Noia. Vámonos allá». Haciéndose eco de la devastadora ola incendiaria de comienzos de mes y dispuesto a echar toda la carne en el asador, así de pletórico irrumpió Melendi en el escenario del Campo de San Alberto unos minutos después de las once de la noche. El músico asturiano se entregó al público noiés, al que mostró su mejilla más canalla, invocando una y otra vez a los espíritus del inconformismo y la rebeldía. Durante las cerca de dos horas que duró el espectáculo, Melendi no dejó de hablar entre canción y canción, impartiendo sin cesar su doctrina de que lo políticamente incorrecto es lo que, en realidad, merece la pena, lo que hace que la vida tenga su punto de gracia. Sin tapujos y con un lenguaje de la calle a más no poder, el ovetense supo descorchar la complicidad, bañada con risas, de los más de dos mil espectadores que acudieron prestos al concierto estelar del San Bartolomeu 2006. «Los gallegos y los asturianos somos primos hermanos y nos gusta hablar en plata». Con esa rotundidad, presentó Melendi uno de los temas más conocidos de su primer elepé, Sin noticias de Holanda , del que cogió prestadas para la ocasión casi tantas canciones como de su último trabajo, Que el cielo espere sentao . Y así hasta un total de 21 piezas. Con su particular himno a su cuna geográfica, Asturias , y bandera del Principado abierta de par en par abandonó el escenario, al que regresó, para el obligado bis, con Vuelvo a traficar y el mil meces bailado Con la luna llena , que supuso su coronación musical al ser seleccionada, en el 2004, como la sintonía de la Vuelta Ciclista a España. Porque te quiero como el mar quiere al pez que nada dentro... ¿Quién no la ha oído alguna vez? Entre ración y ración discográfica, Melendi blandió la espada en defensa de la quintaesencia de la libertad. «Ahora que nos quitan tres puntos por cualquier gilipollez, al menos que nos dejen fumar un porro en casa; caminemos todos para donde nos salga de los... ». Con este mensaje nada subliminal, enfiló la letra de Caminando por la vida . Laureles para Sabina, lencería femenina en mano y ¡hasta siempre, Noia!.