La galleguidad y humanidad de Valle fueron incontestables

Chechu López RIBEIRA

BARBANZA

Crónica | Una semana muy productiva Los ponentes nacionales e internacionales que participaron en las jornadas dedicadas al dramaturgo arousano en A Pobra pidieron infraestructuras para escenificar su teatro

04 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

UN CENTENAR DE INSCRITOS EN EL CONGRESO. Las jornadas de inauguración y de clausura fueron las que despertaron mayor expectación. Los demás días se resintió la afluencia de público. PÉREZ VARELA Y JOAQUÍN DEL VALLE-INCLÁN SE SALUDARON. El conselleiro de Cultura propuso el traslado de los restos de Valle al Panteón de Galegos Ilustres. La familia no es de la misma opinión. LOS FIGURINES DEL DRAMATURGO AROUSANO, EN A POBRA. El Museo Nacional del Teatro, de Almagro, cedió varios bocetos del vestuario utilizado en la representación de las obras de Valle. INTERCAMBIO DE OPINIONES ENTRE PONENTES Y ASISTENTES. La charla de Alonso Montero fue de las más concurridas, junto con las de Suso de Toro, Joaquín del Valle y Rodolfo Cardona. ACTOS COMPLEMENTARIOS. Se representó el opúsculo Tempo de 98 a cargo de Ditea, y hubo visitas al museo, ruta Valle-Inclán y dolmen de Axeitos, cine y recitales poéticos y musicales. ENTREGA DE DIPLOMAS. El seminario se cerró con la entrega de diplomas. Además, la Universidade de Santiago otorgó un crédito de libre configuración curricular a los universitarios participantes. Valle-Inclán fue, es y seguirá siendo gallego universal. Eso es lo esencial del congreso La Galicia de Valle-Inclán, que se celebró en la Torre de Bermúdez, en A Pobra. La reclamación de la galleguidad del novelista, poeta, dramaturgo y ensayista fue un paso más en la exigencia de darle el lugar que merece en la historia. El hombre de la espesa y poblada barba destilaba Galicia por los cuatro costados; el sentir gallego de Valle iba más allá del idioma. Incluso creó el suyo propio al sospechar que no triunfaría con el galaico. Es la preocupación por su tierra natal, presente en sus historias inventadas y en su evocación de paisajes y escenarios, la que le otorga ese reconocimiento. Las alabanzas hacia su labor en todos los géneros literarios que cultivó fueron unánimes. La ironía, sátira y retranca gallega fueron utilizadas por Valle en numerosísimas ocasiones. El esperpento no podría salir de una mente que no fuese la de un gallego. No podía negar sus orígenes. Valle, de todos El arousano fue escritor admirado por Azorín, y provocador con otros contemporáneos; sus obras están vigentes y deben representarse, pese a las dificultades que ello entraña, en Galicia, por eso se pidió crear una red de teatros y una compañía especializada en él. Uno de los escritores en lengua gallega más leídos, Suso de Toro, ve en Valle a su antecesor, mientras que el nieto del autor reconoció que se sorprende en la investigación de las obras de su abuelo. Otro órdago surgido del encuentro fue la petición de Jesús Alonso Montero de unidad de los colectivos que crecieron a la sombra de don Ramón en la divulgación de su obra. También es digno de reseñar el esfuerzo investigador de la cátedra Valle-Inclán, especialmente en el descubrimiento de Josefina Blanco. Como broche, reconocer el esfuerzo de todos para no dejar que se maltrate a uno de los literatos más creativos y renovadores del mundo, el Valle-Inclán libre, que hizo lo que le dio la gana.