Mientras los arenales han quedado prácticamente limpios, las rocas son una asignatura pendiente
17 dic 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Mientras persista la suerte y la tercera marea negra se mantenga alejada de la ría de Aorusa, limpiar el fuel de las rocas es, en el litoral de Ribeira, la durísima cuenta pendiente. ? Han pasado diecisiete días desde que las primeras manchas llegaron a la playa corrubedana de Balieiros. Las actividades de limpieza comenzaron al día siguiente. Desde entonces, se han recogido en el municipio casi seis mil toneladas de hidrocarburo -mezclado con arena y agua-, de tal manera que, a día de ayer, casi todas las playas y calas de Ribeira estaban relativamente limpias en lo que se refiere a su parte arenosa. ?Quitar el chapapote de las piedras va a ser, sin embargo, una tarea bastante más complicada. Además de ser un trabajo lento y penoso, hay que añadir que muchos de los roquedales están enclavados en zonas muy peligrosas o prácticamente inaccesibles, pues el mar bate en ellas sin cesar.?Ahora bien, precisamente las olas están siendo hoy en día las principales aliadas de los voluntarios que operan en el municipio. Tal y como explica el patrón mayor de la Cofradía de Aguiño, Andrés Monteagudo, las mareas vivas de los últimos días están destiñendo las rocas poco a poco: lo arañado queda luego en las playas cercanas. No hacen falta muchos solidarios para recoger de la arena los esparcidos restos de crudo, semajantes a cenizas.?La labor del mar es un trabajo largo, pero se estima que en dos meses pueden quedar limpias las playas más expuestas a las mareas. Se trata, principalmente, de las de Muralla y A Penisqueira, en Aguiño; y Balieiros, en Corrubedo. ?Pero los arenales de Couso, Area Basta, As Concheiras y O Pedregal están mucho más resguardados, por lo que aquí sí se hace necesaria la labor humana. Las autoridades municipales están probando, al respecto, un método muy simple para limpiar la piedra: aplicarle agua a presión.? ? Pruebas? En el primer ensayo, que estaba previsto realizar a última hora de ayer, una motobomba iba a ejercer sobre la roca una presión de 250 kilos. En los días sucesivos se efectuarán posteriores pruebas.? En cuanto al trabajo de los voluntarios, éste se concentra en los últimos días en las calas corrubedanas de As Furnas y Balieiros. Hay distribuidos por todo el litoral 275 contenedores de obra -con capacidades de entre cinco y ocho metros cúbicos- y cien de un metro cúbico; pero su presencia se orienta más bien a la eventual llegada de nuevas manchas que a las cantidades de fuel que se están extrayendo hoy en día.?El grueso del chapapote se encuentra en una zona ubicada entre el faro de Corrubedo y la playa de O Prado. Está surcada de bastas rocas y de calas muy pequeñas y de difícil acceso. Por eso, son 145 militares pertenecientes a la Guardia Real quienes, desde el lunes, se están encargando de despejar la zona de hidrocarburo.?Fuentes del Ayuntamiento de Ribeira indican que han decidido no trasladar allí a ningún grupos de voluntarios debido a la alta peligrosidad de la zona.