El calor provocó la primera invasión de bañistas en todas las playas de la comarca

ABDÓN DORCA RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La densidad del tráfico fue considerable durante el fin de semana, pero no se registraron atascos importantes en las horas punta Invasión de los arenales de Barbanza. El calor reinante este fin de semana provocó la afluencia masiva de bañistas a todas las playas de las comarcas de Barbanza, Noia y Muros. El lleno absoluto de los arenales no tuvo precedentes y repercutió en el tráfico rodado, que, pese a su densidad, sólo sufrió mínimas retenciones en Noia y Pobra. Se espera que persista el buen tiempo que tanto deseaban los turistas que disfrutan sus vacaciones en la zona. Según la Unidad de Predicción Meteorológica de Galicia, los 25 grados del domingo irán en aumento durante los próximos días. Parece que el verano se ha asentado por fin en tierras barbanzanas.

15 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Avalancha de sombrillas en las playas de la zona. Miles de personas, entre turistas y vecinos de las tres comarcas se acercaron el domingo a los arenales impulsados por la canícula. La densidad de la circulación fue, por tanto, notable en las carreteras. Fuentes de la Policía Local de Pobra informaron de que las playas del municipio, en especial Cabío, estuvieron a rebosar y a última hora de la tarde se registraron algunas retenciones. Situaciones parecidas se vivieron en Noia, Boiro, Ribeira, Porto do Son y Rianxo. En este último municipio contribuyó a incrementar la densidad del tráfico el hecho de que se estuvieran celebrando las fiestas en honor a la Virgen del Carmen. Y parece que el buen tiempo va a durar, por lo menos, hasta el viernes. Según informaciones de la Unidad de Observación y Predicción Meteorológica de Galicia -un organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente- se prevé, incluso, que las temperaturas vayan en aumento. Ya ayer la tendencia al alza era bastante palpable. Así, en la estación meteorológica ubicada junto al faro de Corrubedo se midieron temperaturas que, a las seis de la tarde, rondaban los 26 grados centígrados.