La única foto del padre de los hermanos Camba

Benito Leiro, Cronista oficial de Vilanova VILANOVA

VILANOVA DE AROUSA

Archivo: Familia Pombo

La casona de los Pombo, colindante con el Cuadrante de don Ramón María,sigue alumbrado documentos importantes para la historia de Vilanova

22 sep 2023 . Actualizado a las 16:12 h.

La casona de los Pombo, colindante con el Cuadrante de don Ramón María, sigue alumbrado documentos importantes para la historia de Vilanova. Durante el pasado verano, José Guillermo Pombo Mota —bisnieto de Pombo Regás— continuó su labor de exhumación documental iniciada en 2021. El último hallazgo del descendiente de los Pombo fue una fotografía inédita de Manuel Camba Bóveda, padre de los hermanos periodistas. Es la única imagen que se conserva en Vilanova del heredero de la casa del perito Camba.

El practicante en medicina, autografió el retrato —un tanto becqueriano, sellado en 1881— que le hicieron en la casa Carneiro & Gaspar de Río de Janeiro a donde viajó en busca de fortuna. En pocas palabras expresa el cariño por sus padres, Francisco Camba Grande, perito agrimensor y Dolores Bóveda, así como el amor por su esposa, Juana Andreu Temes: Como prueba del cariño paternal que tengo a mis queridos padres; y del entrañable «amor» que profeso a mi muy querida esposa, les dedico ha ambos (sic) hoy, 24 de junio de 1881 desde Rio de Janeiro (Brasil) una copia de mi original. Firmado: Manuel Camba Bóveda.

En la parte superior derecha del dorso de la tarjeta postal se aprecia otra anotación de difícil lectura: «Fotografiado el día de Corpus a la una de la tarde. Siendo las 3 y 20 minutos en mi pueblo. Según Calendas verídicas».

Esta imagen inédita se conservó durante décadas en la antigua casona de los Pombo, dado que esta familia mantuvo una amistad imperecedera con la de los Camba hasta el punto de que Pastor Pombo Ferro, ahijado de Manuel Camba y Juana Andreu, heredó la casa natal de los escritores en Vilamaior. Camba Bóveda desarrolló una meritoria labor como profesional de la asistencia médica, incluso le felicitaron por su trabajo durante la pandemia de la mal llamada gripe española de 1918.

Una necrológica de El Pueblo Gallego, fechada el 20 de marzo de 1919 señalaba que «cuando aquí la pasada epidemia gripal hacía espantosos estragos, él no receló en llevar su ciencia tanto a la casa del más opulento, como a la más mísera choza...». Entre los asistentes a las honras fúnebres, el corresponsal cita al poeta cambadés don Ramón Cabanillas, amigo de los hermanos escritores.

Manuel Camba erró al pensar que sus hijos no servían para la literatura, una idea aprensiva surgida del temor a que no pudieran ganarse la vida con publicaciones volanderas.

Los subestimó y pretendió que Paco, el mayor, ejerciese un magisterio de largo alcance, mientras proponía para Julio, el pequeño, una prosaica mancebía farmacéutica.

Afortunadamente, ambos ignoraron los consejos paternos y, con apenas 12 y 10 años, respectivamente, ya tiraban un periódico artesanal en su casa natal. El tiempo les dio la razón a los hijos, en forma de exitosas carreras literarias. Cuando falleció, Camba Bóveda ya era orgullosamente consciente de que sus negros augurios de padre aprensivo no se habían cumplido.