Javier Romero
La subasta, en el 2008, de bienes requisados a la familia Charlín por narcotráfico y blanqueo de capitales desencadenó la investigación. En el lote figuraba una depuradora de la sociedad Sochar (acrónimo de Somoza Charlín) en A Illa y terrenos en Vilanova. Los beneficios se destinaban a sufragar parte de las indemnizaciones adeudadas a las antiguas trabajadoras de la conservera Charpo, acrónimo de Charlín Pomares y mascarón de proa de todo el holding del clan en Arousa. Al final no hubo compensaciones y todo regresó a manos de la familia. Natalia Somoza acudió a la subasta con su madre, María Teresa Charlín Pomares, y su tío Manuel Charlín Pomares, ambos hijos del patriarca, Manuel Charlín Gama. Natalia, según parece recibiendo instrucciones, compró Sochar y los terrenos por 795.000 euros. Dinero que supuestamente saldría de cuentas bancarias de su madre y que también procedería del narcotráfico.