Las lluvias provocan el derrumbe de un muro en Vilanova

La Voz VILANOVA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

cedida

La Policía Local tiene que sujetar con piedras la señalización que avisa del problema ante la falta de medios

19 oct 2019 . Actualizado a las 11:16 h.

Un conductor que circulaba a primera hora de esta mañana por la carretera de András (Vilanova) se encontró con la calzada llena de cascotes y piedras. Procedían estos del muro que bordea la vía, que se había derrumbado sobre la carretera provincial EP 9701. El hombre dio un volantazo, esquivó el inesperado obstáculo y dio parte inmediatamente al 112 de lo ocurrido. La Policía Local de Vilanova, tras comprobar la denuncia vecinal, señalizó la zona. Lo hizo de forma rudimentaria, con cinta y un disco de dirección prohibida precariamente sujeto con piedras, ya que el departamento carece de otros medios de señalización circunstancial. Ahora, el arreglo de la vía será cosa del servicio de mantenimiento de carreteras de la Diputación.

En Vilagarcía fue una piedra, de unos sesenta centímetros de diámetro, la que se desplomó sobre una acera en Cornazo. Al parecer, la lluvia es responsable también de un suceso muy similar a los ocurridos en los últimos días. Y es que el otoño ha llegado con fuerza a Arousa. 

Ayer, una roca de considerables dimensiones se desplomó sobre la PO-300, en el tramo próximo al polígono industrial de Ribadumia. La piedra se precipitó desde un talud y cayó sobre uno de los carriles de la calzada. Afortunadamente, en ese momento no circulaba ningún vehículo por allí.

Los Bombeiros do Salnés dieron aviso al servicio de emergencias del 112 para alertar de posible riesgo de nuevos desprendimientos. La roca fue retirada por una pala y se pudo restablecer el tráfico en la zona con normalidad.

Esta misma semana, en Catoira dos eucaliptos cayeron sobre la PO 548 a causa del viento y la lluvia. En el primero de los casos, un turismo acabó empotrado contra el árbol al no lograr esquivarlo, aunque su conductor no sufrió heridas de consideración. Aquel mismo día, en Cambados, la alianza de viento y lluvia logró tirar un viejo cruceiro, situado en la parroquia de Castrelo. La vara del mismo se hizo añicos, también sobre las tres y media de la tarde. Los efectivos de Protección Civil aseguraron la zona y se llevaron las piezas a su base, a la espera de que sean recogidas para acometer la valoración de años.