Mejilla, el petróleo de las rocas

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

Víctor y Adrián Piñeiro, vecinos de Vilaxoán y Cambados, enseñan parte del trabajo del día en Paxariñas.
Víctor y Adrián Piñeiro, vecinos de Vilaxoán y Cambados, enseñan parte del trabajo del día en Paxariñas. m.g.< / span>

Bateeiros de la comarca aprovechan la bajamar para retirar las crías de acantilados y bajíos y asegurarse así una nueva cosecha

11 mar 2019 . Actualizado a las 19:41 h.

El mar batió con fuerza ayer por la mañana las rocas durante la marea baja en punta Paxariñas, a escasos kilómetros de Portonovo. Un tímido sol, inusual para el mes de diciembre, aminoró el duro trabajo de los bateeiros, que se aplicaron a fondo en la primera jornada de la campaña de la mejilla -la cría del mejillón-, un producto que retirarán de la roca a lo largo de todo este invierno. Es una tarea vital para la supervivencia de su negocio, ya que la mejilla, que empezaron ya a colgar de las cuerdas de sus bateas, garantizará, salvo catástrofe, la cosecha de mejillón de dentro de dos años.

En Paxariñas, a la una de la tarde, había varios grupos de personas trabajando en las rocas. Francisco Piñeiro, de Vilanova, llegó a las 11.30 horas, acompañado de su mujer. Con la ayuda de una raspa, un cubo y varios sacos, este matrimonio arousano se adentró en el cabo hasta el punto de batida del mar. El trabajo de toda la mañana, encorvados, pasando frío y haciendo equilibrios entre las rocas, valió la pena. Recogieron 10 sacos en un día. Les dará para 40 o 50 cuerdas.

Francisco estaba satisfecho del resultado del primer día de la campaña. «A seca foi cativa, pero voltaremos porque temos de prazo para quitar mexilla ata abril», indicó. «Este ano non hai queixa, porque o ano pasado non había ningunha. Este ano hai bastante», precisó mientras descargaba un saco en su coche. Buena falta hace. Las bateas de la ría de Arousa amnistiadas por la marea roja están vacías y necesitan reponer mercancía cuanto antes.

Su mujer, María José López, más conocida como Fita, seguía recabando cría de mejillón en las rocas. «Sácaa ben na foto, que se vexa que neste traballo tamén hai mulleres», recalcó orgulloso su marido. Y ella, sin inmutarse, también cargó saco tras saco a las espaldas. «¿E logo quen me paga os dereitos de imaxe na foto?», bromeó Fita.

Con el remolque lleno de sacos, los dos se dirigieron hacia Vilanova, donde por la tarde se dedicaron a llevarlos hasta su batea y allí distribuir los pequeños bivalvos en las cuerdas para que engorden de forma natural en la ría.

En la otra punta del cabo, Adrián Piñeiro, de Cambados, y su tío Víctor Piñeiro, de Vilaxoán, también recogieron mejilla toda la jornada. «La mañana fue bastante dura, porque la marea no bajó mucho, pero había bastante», explicó Adrián. Víctor destacó que al no llover, la tarea fue más llevadera. «Para ser o primeiro día non hai queixa», sostuvo, a la vez que precisó que la cría la quitan cerca de las olas, «sempre que cho deixe coller o mar». Allí está la mejor.

«O produto é moi bo de calidade e parece que hai bastante. Agora imos metelo no muelle, para levalo ás bateas a que engorde», concluyó.