Las extrabajadoras piden que se cierre ya la residencia Valle-Inclán para cobrar

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

Extrabajadoras y sindicalistas comparecieron ayer ante la prensa.
Extrabajadoras y sindicalistas comparecieron ayer ante la prensa. b. c.< / span>

«Ganamos los juicios para nada. No hay justicia», se quejan las mujeres, que están a punto de agotar el subsidio del paro

19 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A algunas está a punto de agotárseles el paro y se van a quedar sin ninguna vía de ingresos porque la liquidación de la residencia geriátrica Valle-Inclán (Vilanova) no acaba de materializarse. Ni el juzgado de lo Mercantil ni la Xunta de Galicia toman cartas en el asunto pese a haber dos sentencias que declaran culpables los concursos de acreedores de las dos empresas que gestionaron el centro -Viajes Silgar y Nurtime- y pese a que el propietario y el gerente de ambas firmas fueron inhabilitados para dirigir y administrar un centro de estas características.

«Ganamos los juicios para nada. No hay justicia. Otros por mucho menos están en la cárcel». Son lamentos de un grupo de extrabajadoras que ayer comparecieron en rueda de prensa para manifestar su «frustración» por la insólita situación que se está dando con este geriátrico. Y es que, mientras no se liquiden las empresas, esto es, se saquen a subasta los bienes de Viajes Silgar y Nurtime, las extrabajadoras no podrán reclamar sus deudas ni tampoco recurrir al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para cobrar las indemnizaciones que se les adeudan.

Tres millones deuda

Solo a las primeras 39 trabajadoras despedidas hace dos años, -posteriormente hubo más despidos- se les adeuda en concepto de salarios atrasados e indemnizaciones unos 3 millones de euros, según sus cálculos. Las mujeres ya no hacen cuenta de cobrar la totalidad, pero al menos aspiran a hacerlo en parte, vía Fogasa. Pero la liquidación no acaba de producirse y, en consecuencia, tampoco es posible iniciar el trámite correspondiente. El colmo, apuntaban ayer las afectadas, es que a la hora de hacer la declaración de la renta, en la documentación de Hacienda figura que Viajes Silgar y Nurtime les siguen pagaron. «¿Cómo puede pasar esto?», se preguntaban ayer.

Ante esta situación, las extrabajadoras hacen un llamamiento a los jueces para que ejecuten las sentencias -afirman que, pese a estar inhabilitado, el gerente Enrique Martínez sigue trabajando como tal en la residencia- y a la Consellería de Servizos Sociais e Benestar para que ordene el cierre de unas instalaciones que «están funcionando sin medios materiais e humanos suficientes».

«Un xeriátrico non é unha fábrica de tornillos. A consellería ten unha responsabilidade», apuntó el delegado sindical de la CIG, Xoán Bouzas. Según se manifestó en rueda de prensa, el centro está funcionando sin las ratios mínimas de personal y con «cubos por el suelo recogiendo las goteras», pero, pese a este relato de la situación, el geriátrico sigue pasando las inspecciones de la Xunta. «Cando a Xunta autorizou a Viaxes Silgar para abrir o centro ten que velar porque se cumpren todos os requisitos, e non se están a cumprir», añadió Bouzas. «Non sabemos a que están esperando para liquidar a empresa. Están agravando a situación», abundan desde la CIG. Y es que mientras el centro sigue abierto, sigue engordando la deuda «porque eles seguen cobrándolle aos residentes e non lle pagan a ninguén». Ni a los trabajadores que permanecen en las instalaciones de As Sinas ni a los proveedores, sostenían ayer desde el sindicato. Tan extrema pinta la situación, que Fenosa le retiró el pasado abril los equipos eléctricos. «No sabemos cómo pueden trabajar», explicaban las otrora empleadas del centro. En cuanto al edificio de As Sinas, sigue pendiente de subasta y todo apunta a que será el Banco Popular el que se quede con las instalaciones. Y como los dueños de Viajes Silgar y Nurtime quedaron exentos de responder con su patrimonio a las deudas contraídas, a los proveedores se le complica la posibilidad de cobrar. Hay que tener en cuenta que los ingresos que percibe la residencia los cobra a través de la cuenta de una tercera empresa -Residencia de mayores 2013-, de modo que el juzgado no puede embargarle estas cantidades. Según los cálculos de la CIG, la deuda alcanza los 10 millones.

El juzgado condenó a los responsables de las dos empresas que gestionaron el centro de As Sinas

El edificio está pendiente de subasta y Fenosa le retiró los equipos eléctricos