Un perro muerde a un niño dos veces en Carril: «Fue como si viese a mi hijo y decidiese ir a por él»

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

La madre del menor pide a los dueños de animales que extremen la precaución

14 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana sospecha que nunca olvidará el pánico que el pasado miércoles, a las nueve de la noche, se adueñó de su cuerpo. A esa hora volvía con su hijo a casa; era un caminar tranquilo, en el que los acompañaban otra madre y otra niña de nueve años. Pero el paseo se convirtió, de repente, en pesadilla. Poco después de dejar el paseo marítimo y meterse en una calle que une este con Rosalía de Castro, oyeron una voz que salía de un chalé adosado que se abre sobre la vía. «¡Se escapa el perro!», escucharon. Y al mismo tiempo vieron como el animal salía a la carrera, ladrando con fuerza. Sin detenerse, se dirigió primero a la niña que abría la comitiva que cerraba Ana: no llegó a acercarse a ella. «Fue como si viese a mi hijo y decidiese ir a por él», cuenta ella. Al recordar ese momento aún le tiembla un poco la voz. Es el pánico, que vuelve.

«Afortunadamente yo estaba muy cerca de él. Y al ver que el perro iba derecho, tuve tiempo a cogerlo, meterlo detrás de un banco que hay allí cerca y tratar de protegerlo con mi cuerpo», relata. No fue fácil. «Estaba como enloquecido e iba a por mi hijo. Yo no le interesaba, me hizo unos arañazos pero nada más», recuerda la mujer. La intención del animal era, señala, alcanzar al niño, al que logró dar un pequeño mordisco en la pierna.

Tras unos momentos que se le hicieron interminables, Ana vio con alivio como del adosado del que se había escapado el animal salía una mujer. En cuanto el can la reconoció, salió corriendo junto a su dueña. «Lo que no entendí, y sigo sin entenderlo, es que no lo cogiese en aquel momento. El perro siguió suelto dando vueltas alrededor de ella». Pero no por mucho tiempo, según narra Ana: en cuanto hizo el amago de soltar a su hijo, el can volvió a por él y esta vez sí le propinó un buen mordisco. «Escapamos para el paseo» y entre eso y que el perro volvió con sus dueños, el dramático momento pasó.

En el lugar no tardó en aparecer la Policía Local. «Yo no los llamé, no tuve tiempo. Ya habían avisado otras personas que estaban por allí y que lo habían visto todo», explica Ana, quien explica que el perro, un cruce entre mastín y pastor, no está considerado como «potencialmente peligroso».

Tras el tremendo momento vivido, al niño, de nueve años de edad, le está costando recuperar la tranquilidad. «Tiene miedo a estar fuera de casa», explica la madre. Un miedo que, confía, irá remitiendo a medida que pasen los días, pero que de momento está ahí. «Se pasa el día pidiéndome que avise a sus amigos para que no pasen por esa zona», explica. E insiste: es la calle que discurre entre el paseo y Rosalía de Castro, desembocando en esta junto a unos chalés adosados. Ella ha querido contar su experiencia —el asunto está en manos de la policía— para «evitar, si es posible, que vuelva a pasar».