Cocinar un día y comer toda la semana: una buena receta para quienes tienen problemas de riñón

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Alcer organizó un taller con consejos para personas con afecciones renales

01 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las enfermedades renales tienen un impacto directo en el día a día de quienes las padecen. «En cuanto les dan el diagnóstico, a mucha gente le dicen que tienen que hacer dieta, pero no saben qué dieta. O le mandan unas pautas muy estrictas, que les limitan mucho y que no se atreven a saltarse por miedo». Quien así habla es Nerea Nogueira, nutricionista de la asociación de enfermos renales Alcer, que ayer por la tarde impartió un taller en el barrio de O Piñeiriño (Vilagarcía). En él explicó a personas con enfermedades de riñón y a sus familiares algunas claves a tener en cuenta para comer bien y variado. Y también les demostró que, pese a todas las limitaciones, pueden echar mano de la práctica del batchcooking —cocinar un día a la semana para comer durante varias jornadas— para mejorar su calidad de vida.

«La alimentación es importante para todo el mundo, pero para quienes padecemos una enfermedad renal lo es más», explica María Reiriz. A ella le diagnosticaron su mal cuando tenía 17 años, pasó varios teniendo que acudir a diálisis, y finalmente fue trasplantada. «Dentro de la mala suerte que tuve, soy afortunada porque no he tenido grandes problemas», sentencia. Aunque lleva mucho tiempo conviviendo con sus circunstancias, no ha olvidado la dureza de los primeros tiempos y las incertezas que acompañan cada paso que se da en la cocina. Y es que más allá de la sal, las personas con enfermedades renales deben huir de minerales como el sodio, el fósforo o el potasio que no es tan fácil tener controlados. Para empezar, porque muchas veces no sabemos ni dónde se encuentran.

En el taller celebrado ayer, Nerea Nogueira les dio algunas claves que les ayudarán a simplificar su vida. Por ejemplo, las verduras verdes es mejor comprarlas y consumirlas congeladas y no frescas: en el proceso pierden parte de sus minerales. Igual que otros productos, como los garbanzos, son mejores los de bote de cristal, exactamente por la misma razón. «Si se opta por el consumo en fresco, hay que aplicar unas técnicas de cocinado, con numerosos lavados y cocciones», explica la nutricionista.

Huir de los productos y platos procesados también es una cuestión vital para quienes padecen una enfermedad renal. Y en este caso, explica Nogueira, no siempre es fácil. A fin de cuentas, el ritmo trepidante de la vida contemporánea también alcanza a las personas con enfermedades de riñón, que como todo el mundo sienten la tentación que un plato preparado puede suponer tras una jornada larga o complicada. De ahí la importancia de aprender técnicas de organización en la cocina, de hacer un esfuerzo en los fogones un día y poder comer durante varias jornadas. «Es algo que funciona muy bien para las personas que tienen que someterse a diálisis. A lo mejor se pasan toda la mañana o toda la tarde, y cuando llegan a casa están sin ganas de cocinar. Tener un plato listo puede mejorar su calidad de vida», explica Nogueira, que ayer enseñó a preparar unas hamburguesas de garbanzos, unos ñoquis de calabaza y unas fajitas de verduras.