Trapicheo, broncas y amenazas: el insoportable día a día en el vecindario de Trabanca Badiña

Rosa Estévez
R. Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Un nutrido grupo de residentes en esta zona de Vilagarcía se dieron cita en el parque para evidenciar su hartazgo y una exigencia: urgen que se adopten medidas contra «una tienda 24 horas de droga»

17 may 2023 . Actualizado a las 18:48 h.

Hace tiempo que la tranquilidad dejó de vivir en Trabanca Badiña. Desde hace meses, esta zona de Vilagarcía se ve atravesada por un problema que no para de crecer. Varias viviendas, que según los vecinos actúan a modo de pequeños centros de trapicheo, han generado un ir y venir constante de consumidores. Con ellos, aseguran quienes residen en la zona, llegan gritos, peleas, robos y la conversión del parque infantil en un lugar en el que los menores que allí juegan pueden encontrarse «con alguien drogándose».

La situación ha llegado a tal punto que el vecindario se dio cita este miércoles, a las cuatro y media de la tarde, en el parque. Querían dar visibilidad a una situación que, dicen, empeora a cada día que pasa sin que se tomen medidas. Ponen como ejemplo lo ocurrido el martes: por la mañana, una pelea entre personas que habían acudido a una de las viviendas bajo sospecha se enzarzaron en una pelea que acabó con la llegada de la policía y de una ambulancia que auxilió a un herido. Por la tarde, regresaron los agentes para intentar controlar la situación. Y por la noche, de nuevo hubo un enfrentamiento a gritos entre personas supuestamente, toxicómanas.

«Yo no tengo paz en mi casa desde hace mucho tiempo. Ni de día ni de noche», comenta una mujer que vive muy cerca de lo que califica de «tienda 24 horas de drogas». Asegura que el ir y venir de personas es constante, «da igual la hora». Y constantes son también los gritos y las broncas. «Muchos vienen con perros, discuten ellos, los perros ladran, y al final acaban ladrando todos los del vecindario», señalan.

A esa incomodidad hay que sumar los robos que han sufrido ya algunos vecinos. Es el caso de un hombre que vio como le birlaban el teléfono móvil en plena calle. O de una mujer que asegura que le han robado en el coche dos veces. «Ayer volvían a andar rondándolo, por si caía la tercera», señalaba en el parque. Otros residentes en la zona aseguran que es habitual que «los que vienen a comprar se pongan a llamar a las puertas de las casas, y cuando sale quien está dentro se van pitando. Sospechamos que andan mirando si hay alguien por si pueden entrar», indican. Pero una de las cuestiones que más preocupa a este vecindario es lo que ocurre en el parque. «Vienes aquí con los niños y, además del desfile que hay, de los gritos y demás, hay veces que se ponen a drogarse aquí mismo», explican.

El asunto ha sido trasladado a la policía, de cuya actuación los vecinos no tienen queja. «Siempre que los llamas vienen», aseguran. También el Concello está al tanto, y la queja ha sido transmitida a todos los grupos políticos que durante la campaña se han acercado por esta parte de la capital arousana.

«Queremos que el problema se visibilice para que se tomen medidas cuanto antes, para evitar que esto siga creciendo», explican los vecinos reunidos en el parque. La situación se ha vuelto insoportable y si no se toman medidas que corrijan esta situación, no hará más que empeorar. Y eso es algo que el vecindario no va a consentir.