Vecinos de Os Duráns piden medidas para atajar el riesgo de que proliferen los narcopisos

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

Reclaman que se obligue a sus dueños a tapiar la veintena de viviendas que permanecen deshabitadas en este barrio de Vilagarcía para impedir que sean ocupadas

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En septiembre, un centenar de vecinos de Os Duráns dirigían un escrito al Concello de Vilagarcía y al Cuerpo Nacional de Policía. En él, expresaban su preocupación por el funcionamiento de un narcopiso en la calle que da nombre al barrio. Se trata, en realidad, de una vivienda abandonada de la que se han adueñado un grupo variable de personas que, no hace falta rascar demasiado en el asunto para advertirlo, consumen todo tipo de sustancias psicotrópicas, con las que también trapichean. Aunque los follones que organizaban con frecuencia parecen haberse calmado, lo cierto es que, por lo demás, siguen a lo suyo. Ahora, los mismos vecinos llaman la atención sobre el riesgo de que este fenómeno se extienda y piden medidas para prevenirlo.

Esta semana, subrayan, el vecindario registró un intento por ocupar otro inmueble en estado más que precario: el antiguo hotel que languidece en la esquina inferior de la calle de Os Duráns, frente la plaza de Xoán XXIII. «Creemos que fueron algunos de los inquilinos del narcopiso que está dos casas más allá. Alguien rompió una de sus ventanas y accedió a su interior», señala uno de los testigos de este amago, frustrado por la irrupción de las policías local y nacional. «Menos mal que nos dimos cuenta y pudimos avisar. Ahora, por lo menos, esa ventana está tapiada con una madera».

Esta esquina y su entorno inmediato concentran un buen número de viviendas en ruinas. Algo que la propia evolución urbanística de Os Duráns ha favorecido. El crecimiento irregular y desequilibrado de una antigua barriada de casas familiares, tapizada por huertas, facilitó el aislamiento de un buen puñado de edificaciones a la antigua usanza, a las que la proliferación de bloques de pisos fue privando del contexto que les daba sentido. Hasta el punto de que las que no han sido sustituidas por construcciones de varias plantas muestran hoy, en el mejor de los casos, un par de carteles que anuncian que están a la venta, sin que por ello se detenga su degradación. Existen, al menos, una veintena de casos sin salir del barrio.

Lo que los vecinos movilizados quieren es que, al menos, los propietarios de las viviendas deshabitadas, sean particulares o compañías inmobiliarias, que de todo hay, tapien sus accesos, de modo que no puedan ser ocupados.

Hay, por último, otro motivo: las condiciones de insalubridad en las que se desenvuelven los inquilinos de esta clase de infraviviendas, que en muchas ocasiones han visto cortado, incluso, el abastecimiento de agua.

Una esquina en ruinas. Media decena de viviendas deshabitadas rodean la esquina inferior de la calle de Os Duráns, como esta imagen pone de manifiesto. La mayoría, en estado ruinoso. Esta semana, los vecinos denunciaron y lograron frenar otro intento de ocupación en ella.