José Palacios, experto en socorrismo: «Un desfibrilador tiene menos peligro que un microondas y es más fácil de usar que un móvil»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Una colaboración de la Universidade da Coruña y el IES Cotarelo Valledor ha permitido que más de doscientos estudiantes hayan aprendido a realizar la RCP

04 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de doscientos estudiantes del IES Armando Cotarelo Valledor (Vilagarcía) han pasado esta semana por el pabellón de deportes para participar en unas sesiones fuera de lo común. Una alianza estratégica entre el departamento de Prevención y Orientación Laboral de Formación Profesional, y de Ciencias con la Universidade da Coruña ha permitido que estudiantes de la ESO y de los ciclos formativos que se imparten en el centro hayan aprendido unas nociones básicas sobre cómo reaccionar ante situaciones críticas en las que la vida de una persona se puede ver en peligro. En concreto, aprendieron a realizar la maniobra de reanimación cardio pulmonar y a utilizar un desfibrilador. Y todo, de la mano de un auténtico experto, José Palacios Aguilar, profesor de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física de la Universidade da Coruña y creador el Grupo Internacional de Actividades de Prevención y Socorrismo.

Palacios es. sobre todo, un entusiasta de la vida. Eso se nota cuando habla y eso le ha permitido meterse a un público adolescente y a priori complicado en el bolsillo. La chavalada se da cuenta, explica, de «que esto es muy útil para todo el mundo». «Empezamos la clase preguntando cuántos de ellos querrían que si a alguien querido le pasa algo, recibiese ayuda inmediata. Y todos levantan la mano». Probablemente esa pregunta haya ayudado a centrar unas clases en las que impera la práctica. Armado con numerosos maniquíes, Palacios ha enseñado a realizar la maniobra RCP. «Todos la han ejecutado con un nivel excelente», señala. Rubén, un estudiante en silla de ruedas, también ha aprendido como se realiza porque «llegado el momento, aunque no la pueda hacer físicamente, puede dar instrucciones a otra persona y salvar una vida».

¿Necesitan los adolescentes aprender estas técnicas? ¿No son muy jóvenes? «Todo lo contrario. Estas técnicas deben explicarse ya a partir de los tres años; es evidente que un niño pequeño no puede hacer una RCP, no tiene ni la fuerza ni el peso necesario, pero puede ir familiarizándose con las técnicas y con qué hacer en caso de emergencia». A su juicio, estas cuestiones, que salvan vidas, deberían formar parte de la educación reglada, igual que en todos los centros de enseñanza debería ser obligatorio tener un desfibrilador, una máquina que «tiene mucho menos peligro que un microondas y es más fácil de usar que un móvil; además, te indica paso a paso qué es lo que tienes que hacer», señala. «El único peligro que tienen los desfibriladores es no usarlos», insiste.