De dibujar la serie «Don Quijote» a dar clases de yudo: las tribulaciones de un caricaturista en 48 años de profesión

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

El festival Curtas reúne en Vilagarcía a la Asociación Española de Caricaturistas; la trayectoria de José Julio Gómez es un relato agridulce que se detiene en los cómics, un clásico de TVE y diarios como «Pueblo», «Ya» y «El Caso»

24 oct 2022 . Actualizado a las 21:04 h.

En 1981, el gran Carlos Giménez iniciaba la publicación de Los profesionales, una serie que recreaba los avatares de un grupo de dibujantes de tebeos en la Barcelona de los años 60. José Julio Gómez (Madrid, 1960) pertenece a la generación inmediatamente posterior, pero sus tribulaciones a lo largo de 48 años a los lápices encajarían como un guante en las aventuras de aquella partida de obreros del cómic. Su presencia en Vilagarcía de Arousa durante el fin de semana responde al congreso que cada año celebra la Asociación Española de Caricaturistas, que en esta ocasión se ha desarrollado en el marco de Curtas, Festival do Imaxinario, el decano de los certámenes de cortometrajes y la cita de referencia en Galicia para los amantes del cine y el cómic fantástico.

Como la treintena de colegas que lo han acompañado durante estos días, José Julio dedicó ayer unas cuantas horas a retratar en clave de caricatura a cuantos aficionados se dejaron caer por la sala de exposiciones Antón Rivas Briones, que hasta el domingo acoge una minuciosa muestra de material procedente de la trilogía Regreso al futuro. «Yo —explica mientras sus lápices vuelan sobre el papel— me dedico a esto desde los catorce años, cuando empecé a trabajar para Ediciones Recreativas y me hice cargo de la serie de Vikie el vikingo; en algunos números del dibujo, pero también de los guiones».

Es muy probable que quienes hayan crecido en los años 70 y 80 recuerden los tebeos de Ediciones Recreativas, que, entre otros lanzamientos, fue la responsable de Dumbo, una colección de aventuras de los personajes de Walt Disney, y se hizo cargo de la versión en viñetas de las archiconocidas y lacrimógenas series de dibujos animados Heidi y Marco, de los Apeninos a los Andes, además de manejar los derechos de Hanna-Barbera

Poco después, apuntó a Prado del Rey. «Me enteré de que se iba a hacer Don Quijote para la televisión y me presenté». El resto forma parte de la historia de la animación en España. Con 19 años, José Julio se encarga del dibujo básico de los personajes que a continuación desarrollarán los animadores. Emitida por TVE en 1979, la serie constituye un absoluto clásico.

A partir de ese momento, el caricaturista madrileño se zambulle en el universo de la prensa. Dibuja para los diarios Ya y Pueblo. «Hacía caricaturas, tiras cómicas, humor gráfico en general». En El Cocodrilo, legendaria publicación satírica que vio secuestradas algunas de sus ediciones por meter el dedo en llagas demasiado poderosas, coincide con gente como Mingote, Summers o Chumy Chúmez. Durante mucho tiempo diseña un chiste diario para Europa Press. Los retratos robot y las reconstrucciones de crímenes que realiza para El Caso lo ponen en contacto con Paco Pérez Abellán, que cuenta con él para sus programas y colaboraciones centrados en sucesos y truculencias.

Hasta que la crisis del 2008 golpea y se lo lleva todo por delante, como una mala tormenta que aún colea. «En los 80 podían pagarte veinte mil pesetas por un dibujo. ¿Tú crees que alguien te pagaría algo parecido hoy? En las publicaciones digitales, con suerte, como a un becario», subraya el veterano viñetista mientras lo que dibuja ahora es una sonrisa agridulce. Hoy, la magia y el yudo, a los que se había dedicado tangencialmente, igualan prácticamente los ingresos que sigue percibiendo en lo suyo a través, sobre todo, de la caricatura en vivo en celebraciones y reuniones de empresa. La BBC (bodas, bautizos, comuniones) que, como se puede comprobar, no solo reza para los fotógrafos. El dibujante, pese a todo, mantiene un perfil de Facebook bastante activo, y es capaz de aplicarse a sí mismo su propia reflexión sobre el secreto de una buena caricatura: «Saber acentuar un rasgo característico y, sobre todo, tener el humor de verte a ti mismo retratado. No es tán fácil reírte de tu propia caricatura».

MONICA IRAGO

La Asociación Española de Caricaturistas ha celebrado este fin de semana su congreso anual en el marco de Curtas, festival o imaxinario de Vilagarcía de Arousa. Una treintena de dibujantes han acudido a la cita. Además de retratar al público que quiso acercarse por la sala de exposiciones Antón Rivas Briones, mantienen una muestra propia en el auditorio municipal.