Los gatos ya mandan en el refugio de animales de Vilagarcía

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Un desconocido dejó ocho cachorros metidos en una caja a pleno sol

04 jun 2022 . Actualizado a las 21:10 h.

«Llevo ocho años diciendo lo mismo y la gente sigue sin hacer caso. Parece que estoy clamando en el desierto», se lamenta Ángeles Cifuentes. A lo que se refiere Ángeles es a la necesidad de que se esterilice a los gatos, para no llevarse sorpresas desagradables en forma de camadas inopinadas. El refugio de animales de Vilagarcía tiene ya prácticamente el mismo número de perros que de gatos y ello se debe, principalmente, a la irresponsabilidad de muchos dueños.

El último ejemplo sucedió la semana pasada y estuvo a punto de ser trágico. Alguien, buen conocedor de los horarios y costumbres de quienes usan su tiempo libre en el refugio de Pinar do Rei, dejó por la zona una caja repleta de gatitos. Quiso la casualidad que una de las cuidadoras tuviera que subir el viernes por la tarde para suministrar una medicina a un perro que estaba herido. No era lo normal, pero eso salvó la vida a unos animales que habrían tenido que pasar toda la tarde a pleno sol metidos en una caja. Sentenciados. Eso sí, el donante inesperado quiso curarse en salud, o limpiar su conciencia, y dejó una nota con el siguiente mensaje: «A la protectora. Siento mucho tener que hacer esto, pero soy una persona que le quiere a los animales tanto o más que usted. Espero que tengan una buena vida. Por mi parte haré una donación para que tengan alimento. Le saluda atentamente quien ama a los animales». Y demostró su amor dejando a ocho gatos, procedentes de dos camadas, a pleno sol. Cuatro de ellos tienen que ser alimentados con biberón; los otros cuatro —algo mayores— empezaron a comer pienso hace solo unos días

Martina Miser

Hallazgos de ese tipo no son nada extraños en Pinar do Rei, aunque es verdad que el procedimiento favorito de quien abandona a sus mascotas recién nacidas suelen ser los contenedores. Algunos pueden ser rescatados y tienen una segunda oportunidad. Otros, quién sabe cuántos, acabarán triturados en un camión de recogida de basuras. Y, sostiene Ángeles, que hay reincidentes. «Tenemos la tercera camada de la misma persona. El color de los ojos de los gatitos es inconfundible», subraya refiriéndose a unos en particular. Ellas los diferencia bien. Y no es fácil. Actualmente tienen cien de más de un año de edad y cuarenta más que todavía son muy cachorros. 

Martina Miser

Las colonias callejeras

La otra gran pelea que llevan años sosteniendo Ángeles y su equipo es la del control de las colonias callejeras. Ellos esterilizan una media de cien gatos por año, pero reconoce que están lejos de conseguir un control efectivo. Y advierte que se encuentran con dificultades. «A veces nos encontramos con muy poca colaboración de quienes les llevan alimento», lamenta.