La foto de Vilagarcía que se quiso colar por una agresión policial en Cataluña y quedó en nada

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Absuelven a una firma constructora por la caída desde un edificio de una barra que hirió a un joven, cuya imagen fue manipulada en Twitter

17 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Octubre del 2019 fue un mes convulso en Cataluña. Las protestas independentistas volvieron a llenar los noticiarios. Y, con ellas, regresaron las denuncias acerca de las cargas de la policía sobre los manifestantes. No hay nada que le siente peor a una causa determinada que el recurso a los bulos a la hora de defenderla. O de atacarla, según se mire. El caso es que una imagen tomada en Vilagarcía dos años antes fue manipulada e incorporada a un montaje que incendió Twitter. Y no precisamente por la dureza incontestable de las fotografías que contenía, sino por el burdo intento de que algunas de ellas colasen como ejemplos de brutalidad policial, cuando no tenían nada que ver con lo que había sucedido en las calles de Barcelona. El accidente de la capital arousana no fue tan sencillo de desmontar, pero el hecho de que se incluyese en el lote al jugador de fútbol Gameiro, lesionado, restó toda credibilidad al mensaje.

Ahora, casi dos años después de aquella polémica que recorrió las redes sociales, la verdadera causa de la imagen que retrataba la brecha en la cabeza de un joven, cosida con diez grapas, ha llegado a los tribunales. El Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra acaba de absolver a las tres personas a las que se acusaba de un delito de lesiones por imprudencia, a raíz de la caída, desde un edificio en obras de la plaza de Galicia, de la barra metálica que provocó la herida.

Los tres acusados estaban relacionados con la empresa que rehabilitaba un edificio histórico en el centro de Vilagarcía, bien como arquitectos, bien como responsables de la compañía que desempeñaba allí una subcontrata.

Un renglón de dos metros

La víctima del accidente es un vecino de la capital arousana. El 21 de febrero del 2017, poco antes de las once de la mañana, cruzaba la plaza de Galicia cuando un renglón de aluminio de dos metros de longitud salió disparado del edificio en rehabilitación, cayendo a la vía pública desde una altura equivalente a la de un quinto piso. Tras impactar con una señal, trance que probablemente salvó su vida, le golpeó en la cabeza al joven, que entonces tenía 27 años, provocándole una profunda herida en el cráneo.

Pocas horas más tarde, el hombre no ocultaba su indignación, no ya por lo ocurrido, sino por la respuesta que obtuvo de quienes estaban trabajando en aquella obra: «Uno se acercó cuando estaba yo en el suelo, pero no para prestarme ayuda, sino para decirme que no había sido nada». Un vallado rodeaba la fachada del inmueble, que estaba cubierta por un andamio al que, sin embargo, no protegía ninguna red.

La abogada de la víctima decidió llevar el asunto por la vía penal y acusar a tres personas relacionadas con la obra de un delito de lesiones, además de apuntar como responsables civiles a una aseguradora y a una segunda empresa. La letrada solicitó para su cliente una indemnización de cuatro mil euros por los días que precisó su curación, la asistencia médica y los gastos de fisioterapia, a los que sumó posteriormente otros 4.609 euros como compensación por una secuela.

«Un caso fortuito»

El juzgado no duda de que construir un edificio comporta el riesgo de que determinados objetos puedan precipitarse sobre la vía pública. Pero entiende que el vallado provisional que rodeaba el inmueble cubría este punto, de acuerdo con la normativa, y que la pieza no cayó de forma vertical, sino que salió disparada. En resumidas cuentas, concluye que se trató de un «caso fortuito» y que no concurren los elementos necesarios para identificar en este accidente un delito por imprudencia grave. Las costas se declaran de oficio, aunque la sentencia absolutoria es recurrible.