«Hay que ser optimistas y pensar que todo va a ir a mejor a partir de ahora»

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / AGENCIA

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Ero y María José abren el bar Catarsis pese a las dificultades del momento

15 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No parece el actual el mejor momento para lanzarse a la aventura de la hostelería. Un momento en el que cada martes y cada viernes hay que estar pendientes de las novedades que en cuanto a las restricciones, que ya son muchas de por sí, aparecen. Sin embargo, Ero y María José han visto una oportunidad donde otros atisban un problema y se han lanzado a la aventura. Lo han hecho rescatando del cierre a un bar mítico en Vilagarcía como era el Barrantes que, desde el lunes, es el Catarsis y al que le han dado un vuelco por completo.

«Hay que empezar a ser optimistas y reinventarse, que es lo que toca después de una situación como la que estamos viviendo. Estamos con ganas porque creo que a partir de ahora solo va a ir a mejor», apunta Ero para explicar la decisión de tomar las riendas de un local de hostelería en un momento como el que estamos viviendo. Y más que una decisión, un bautismo porque Ero era marinero y su mujer, comercial. En la treintena ambos, decidieron que era el momento de dar un giro a sus vidas. «Teníamos ganas de emprender, de hacerlo juntos, y este sector era algo que teníamos en común entre nuestros gustos. Y esta situación, que muchos pueden entender que es una barrera, nosotros entendimos que era una oportunidad. Cualquier negocio que comience en un momento así, como el que estamos viviendo, solamente puede mejorar», explica.

Quien entre en el establecimiento, situado en la rúa Conde Vallellano, en pleno centro de Vilagarcía, verá que en nada se parece al anterior. «De ahí el nombre que le pusimos. Este local es un histórico, que destacaba por sus raciones y sus tapas y le cambiamos tanto el nombre como la forma de trabajar. Estará más enfocado en los desayunos y en los aperitivos», explica Ero, que destaca también el cambio que para ellos supondrá el hecho de ponerse detrás de la barra.

Fue el lunes cuando el Catarsis abrió sus puertas. Querían hacerlo en Semana Santa, pero los consabidos retrasos que traen de mano las reformas lo impidieron. Asegura Ero que nunca tuvieron dudas de lanzarse a su particular piscina que es el Catarsis. «En ningún momento. Tienes que tener muy claro dónde te metes, pero a partir de ahí hay que ser optimista. Pude haber alguna restricción mayor por algún rebrote, pero creo que esto solo puede ir a mejor. Quiero pensar que lo peor ya pasó», insiste. De hecho, está convencido de que es un buen momento para esta apuesta. «Creo que todos tenemos ganas de vernos, de hacer vida social otra vez, y la hostelería ofrece todo esto, así que estoy convencido de que que va a haber un efecto rebote cuando la situación esté controlada y todos estemos tranquilos», afirma.

Por el momento, es pronto para hacer un diagnóstico de cómo puede salir esta aventura, pero ellos están felices. E ilusionados. «Tuvimos muy buena acogida. A la gente le está gustando lo que le ofrecemos. Repiten y el boca a boca está funcionando. De momento, estamos muy contentos», asegura. Y que siga así.