Un hotel escalonado y un muelle lúdico como esbozos para O Ramal

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

El deshielo Concello-Puerto reabre el debate sobre el futuro de un enclave estratégico

20 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como mínimo, el proceso se remonta al acuerdo que el socialista Javier Gago y el popular Manuel Bouzas firmaron a comienzos de siglo. Pero su origen puede retrotraerse fácilmente aun más, al menos hasta 1996, cuando el predecesor de Bouzas, José Luis Rivera Mallo, puso en marcha el célebre relleno de Granorsa, base para el posterior desarrollo de Ferrazo. El caso es que Vilagarcía lleva del orden de 25 años esperando que se desarrolle definitivamente aquel pacto para la concentración de la actividad portuaria hacia el sur y su último apéndice: la liberación del muelle de O Ramal, acompañada de la construcción de un hotel. Paralizado durante largo tiempo, la buena voluntad expresada esta semana por el alcalde, Alberto Varela, y el presidente de la Autoridad Portuaria, José Manuel Cores Tourís, hace albergar razonables esperanzas sobre la culminación de este azaroso proyecto. Y, con él, de la definición de un enclave estratégico como pocos para la capital arousana.

Que ambas instituciones hayan acordado la constitución de una comisión mixta para el análisis de las principales diferencias urbanísticas que las han enfrentado quiere decir que en unos dos meses -según los cálculos del alcalde- se pueden haber diseñado las líneas técnicas para solucionar esta serie de problemas. A partir de ahí, será necesaria su tramitación y dos pasos por parte de cada uno: la cesión de la vieja Comandancia Naval para la construcción del nuevo centro de salud, desde el Puerto, y el reconocimiento de los últimos rellenos en Ferrazo y el muelle Comercial a través de una modificación puntual del PXOM, desde Ravella. Así que se puede ser optimista sobre sus conclusión, pero el camino todavía es largo.

Dejando esto claro, no son muchas las cosas que se han dicho de manera más o menos oficial sobre la forma que puede adoptar la transición entre el puerto deportivo y la playa de A Concha. Pero algún material sí hay para ir pensando en un esbozo.

La liberación de O Ramal

Una atalaya de 36.000 metros cuadrados. Está, en primer lugar, la cuestión de la liberación de O Ramal para el uso ciudadano. Se trata de un enorme bloque de 36.000 metros cuadrados de superficie y 252 de longitud que se interna en el mar de Arousa. Hace ahora cinco años, la Autoridad Portuaria se manifestó por primera y última vez sobre su visión de lo que debe ser el muelle, una vez liberado de la actividad portuaria: un espacio concebido para el tránsito peatonal, con una zona central reservada para concesiones de tipo lúdico y comercial, «que contribuyan a la generación de empleo y riqueza». Habrá que ver de qué punto parte de Cores Tourís, pero no parece que se vaya a alejar mucho de esta pincelada general que dibujó el equipo de Sagrario Franco. En su día, el Concello se mostró dispuesto a escuchar, siempre que el impacto visual de lo que se llevase a cabo fuese mínimo. Eso sí, a diferencia de la fórmula que se empleó en el caso de la antigua explanada TIR y del viejo recinto de Fexdega, la normativa en vigor impide la cesión de terrenos al Ayuntamiento por un precio simbólico. Así que la titularidad del muelle seguirá en manos del Puerto.

El hotel

Aquellas cien habitaciones. Del hotel en la base de O Ramal se lleva hablando, como mínimo, desde 1998. Ya entonces, Manuel Bouzas, al frente de la institución portuaria en aquel momento, hablaba de un establecimiento con un centenar de habitaciones, capaz de atraer a potentes inversores y garantizar una rentabilidad económica interesante. Se dijo que hasta cinco multinacionales del sector se habían interesado en su construcción, aunque, obviamente, las cosas y los ánimos han cambiado mucho en 23 años. Manuel Gallego Jorreto, premio nacional de arquitectura y autor de la casa consistorial y el auditorio de A Illa, por citar dos ejemplos cercanos, llegó a proponer dos fórmulas en aquel esbozo que diseñó para el desarrollo de O Ramal en tiempos del socialista Jesús Paz al frente de la Autoridad Portuaria. Un cilindro que concentrase la edificabilidad en altura, con una menor ocupación de superficie, y la fórmula contraria, una mayor ocupación en superficie con una altura muy inferior. Pura lógica. 

Lo que el equipo de Alberto Varela tiene claro es que el desarrollo del hotel no puede suponer la creación de una nueva barrera visual frente al mar. Y ya en el 2011 surgió una idea que, tal vez, pueda servir de base a lo que los técnicos de la comisión mixta tendrán que definir: la construcción de un edificio escalonado que se apoye en el bloque de viviendas que se levanta frente a la rotonda de O Ramal.