Año de inflexión en el pelotón gallego

VILAGARCÍA DE AROUSA

Con solo 7 profesionales, 3 menos que en el 2020, Veloso colgará la bici al final de curso

13 ene 2021 . Actualizado a las 12:26 h.

Las grandes crisis es lo que tienen. Una capacidad brutal para acabar de desnudar por completo situaciones de precariedad mal disimuladas en escenarios de inercia prolongada. En el caso del ciclismo gallego, el mazazo de la pandemia del covid-19 ha acentuado el estrangulamiento del canal de transferencia del rico talento de su cada vez más reducida cantera al pelotón profesional, iniciado con la desaparición del Xacobeo a finales del 2010.

Solo siete gallegos ocuparán un sillín profesional en el 2021. Tres menos que en el 2020. Ya no están el coruñés Pablo Torres, que con 33 años decidió colgar la bicicleta tras 10 de profesional y varias victorias en su haber, al no hallar un proyecto que colmase sus expectativas, ni Martín Bouzas (22 años), campeón de España juvenil y sub-23, y la gran esperanza del ciclismo gallego, superado en su estreno en el gran pelotón por la presión que conlleva el día a día en la élite; tampoco el santiagués Alejandro Regueiro (22), ni el vigués Xoel Días (23), tras militar en el Gios Kiwi Atlántico. La única noticia feliz, el regreso del redondelano Samuel Blanco tras su breve debut en el 2017. De nuevo en Portugal, la principal vía de acceso de los corredores gallegos a la parte superior de la pirámide ciclista. Un panorama sombrío, que a finales de año se oscurecerá todavía más cuando se apague el foco principal con el que la figura del vilagarciano Gustavo César Veloso da un plus de luz a la imagen.

El equipo más gallego

Veloso, Marque y Samuel Blanco, juntos en el Tavira. Tras 8 años en la estructura del equipo que ha ganado todas las ediciones de la Volta a Portugal desde el 2013, Veloso optó por un cambio de aires para buscar su tercer título de la Grandíssima en la que, esta vez sí, será su última temporada. El vilagarciano, que el día 29 cumplirá 41 años, tenía previsto dejarlo al final del 2020, pero no quiere guardar en su cabeza un adiós lleno de «carreiras sen público, coas saídas e chegadas baleiras». Tras ganar la Volta en el 2014 y el 2015, ser segundo en la del 2013, el 2016 y el 2020 y tercero en la del 2019, el Avó, como se lo conoce en el gran pelotón luso, se despidió del W52-FC Porto «agradecido a todo o equipo» para reunirse con su gran amigo Álex Marque, el mismo que le arrebató el triunfo de la Grandíssima del 2013 en la crono. El estradense, solo un año menor que Veloso, expone lo que la inmensa mayoría del ciclismo y sus aficionados comparten: «Gustavo deixou de gañar as dúas últimas Voltas por decisións tácticas» de su ya ex director deportivo, Nuno Ribeiro. «Quero gozar da bici e tentar gañar a última Volta», señala el arousano, al que, dice, no le dolerán prendas en ayudar a Marque, si llega a la cita mejor que él. Un reto al que confía poder colaborar Samuel Blanco, compañero de entrenos de Veloso y Marque desde hace años, que a sus 26 primaveras vuelve al gran pelotón cargado de ilusión tras correr la Volta a Portugal 2018 cedido en el Liberty Seguros, catapultado por su exhibición en el último Campeonato de España, ganador en la categoría élite y noveno en la general conjunta con los profesionales.

Ángel sánchez

Más protagonismo para el otro integrante del cuarteto portugués. En su segundo año en el Tavfer Mortagua, el cambadés (1993) aspira a aprovechar la confianza depositada por su director deportivo, Pedro Silva. «La idea es cazar etapas, buscar victorias, fugas, clasificaciones secundarias,...», dice, al tiempo que asume «un poco más de responsabilidad» en un equipo del que se han marchado sus dos corredores más veteranos. Huecos completados por jóvenes a los que toca coger experiencia.

Los dos hombres Proteam

Delio Fernández y Carlos Canal, la madurez del maese de campo y el brillo de un diamante en bruto. El moañés, que el próximo mes cumplirá 35 años, inició este fin de semana con una concentración en Francia su sexta temporada con el Delko galo, equipo Proteam, segunda de las tres categorías del pelotón profesional. Lo hace con un contrato de dos años en la mano, reflejo de la confianza de su equipo en un hombre que ha ido variando su rol en el Delko con el tiempo: «Nos meus primeiros anos no Delko non tiñamos corredores con maiores opcións de triunfo ca min, e dábanme maior liberdade para tentar facer o mellor posto nas xerais. Cada vez somos máis ambiciosos, chegan corredores con máis potencial que precisan de homes con experiencia que os axuden. Eu son agora o capitán en ruta, o enlace entre o director e os ciclistas». Un rol diametralmente diferente al de Carlos Canal. En tan solo 22 días de competición, con 19 años, el ourensano maravilló en el 2020 en las filas del Proteam Burgos BH por su desparpajo y capacidad para liderar cuatro días la general de la juventud en la Volta a Portugal. Eso, recién llegado al profesionalismo y la modalidad de carretera, tras ser campeón de España de mountain bike y ciclocrós. Con «ganas de seguir aprendendo», Canal ya ha sido informado por su director de que «vai depositar máis confianza en min, terei bastante liberdade para moverme e aprender en carreira».

La crisis deja solo a Fernando Lopes en el Gios Kiwi Atlántico de Enrique Salgueiro

El Gios Kiwi Atlántico es lo más parecido a un equipo profesional gallego. Dirigido desde Vigo por el ex ciclista redondelano del Karpin Galicia Enrique Salgueiro, el proyecto arranca su tercer año con licencia en la tercera y última categoría profesional, la continental. Primero por Guinea Bisáu y desde la temporada pasada por Venezuela. Circunstancia que Salgueiro califica de anecdótica, resaltando que la gestión de la escuadra se localiza en Galicia.

La crisis no le es ajena. Con solo una docena de días de competición el curso pasado, repartidos entre España y Portugal, el director deportivo redondelano cruza los dedos para poder regresar a Inglaterra y Francia este año, dando prácticamente por descartado rodar en China y América, donde tenían calendario en el 2020.

Con diez corredores en nómina en este momento, solamente uno de ellos es gallego. El valdeorrés Fernando Lopes (25 años), el único que continúa del primer proyecto continental, del 2019. El santiagués Alejandro Regueiro colgó la bicicleta y el vigués Xoel Días optó por dejar de rodar, este último sumándose al equipo auxiliar de la escuadra en calidad de masajista.

¿Cuánto costaría un equipo de élite autóctono? Unos 900.000 euros

«Recordo ir ao Campionato de España a principios dos 2000 e haber 220 corredores profesionais; igual 14 deles galegos. Agora ves a 180, e deles 60-70 son elite». Gustavo César Veloso tira de números para dibujar la profunda degradación, en menos de 20 años, del ecosistema ciclista español, que pasó de contar con hasta trece escuadras en las diferentes categorías profesionales, a alrededor de la mitad en el presente. Esta circunstancia ha endurecido el acceso al profesionalismo de las jóvenes promesas españolas y, coinciden los contados profesionales gallegos, todavía más para las de nuestra comunidad: «É un pouco triste a situación. Parece que é máis difícil ser ciclista profesional galego ca noutras rexións», comenta Delio Fernández. Y hay razones objetivas que respaldan su afirmación.

«A cousa está moi complicada. Os equipos profesionais en España (apenas media docena) teñen filiais. Se non estás a un moi gran nivel, por moito que un corredor ande, é moi difícil chegar se nos estás nun deses filiais», explica Samuel Blanco. Como, añade, «en Galicia está demostrado que hai un bo nivel de ciclistas», la conclusión del razonamiento del redondelano cae por su propio peso: «Só fai falta un equipo continental galego para eses rapaces que agora non teñen saída. Porque esa xente precisa de que poder vivir».

El adiós al 2020 cerró una década sin ese «equipo trampolín» que reclama Marque tras la desaparición del Xacobeo Galicia. Un proyecto que en cuatro años vio pasar a docena y media de ciclistas gallegos. «En Galicia hai 12-15 corredores que poderían ser profesionais. A materia prima haina. Co clima e coa orografía que temos, o que sae ciclista sae bo ciclista», explica Veloso. Evitar la desaparición prematura de tanto potencial pasa por ese equipo profesional autóctono. Una herramienta con capacidad, destaca el Avó, para multiplicar también el efecto llamada en la cantera. Su coste, unos 900.000 euros en categoría continental, con calendario europeo y una plantilla de 14 corredores y 7 técnicos, auxiliares y gestores.