Carsa plantea un ERTE para toda su plantilla, con una vigencia de dos años

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La huelga queda suspendida a la espera de la siguiente reunión, el viernes

13 nov 2020 . Actualizado a las 18:12 h.

Una tensa calma se respira en Castro Carrocera S. A. (Carsa), una de las principales industrias que funcionan en Vilagarcía. Si nada hubiese sucedido el viernes, cuando la empresa decidió entregar la carta de despido a quince trabajadores indefinidos, la de ayer habría sido, sin más, la primera toma de contacto oficial para la negociación del expediente de regulación temporal de empleo con el que Carsa espera capear los malos tiempos, que ya están encima de la planta de Bamio y podrían prolongarse durante los dos próximos años. Nadie, en el comité de empresa, duda de la necesidad de acudir a medidas de este tipo. Lo que los sindicatos no están dispuestos a consentir es que se «deixen tiradas» -la CIG y Comisiones Obreras, las centrales que representan a la plantilla, coincidieron en la misma frase- a quince familias con la que está cayendo y, en su opinión, sin más motivo que una «bravuconada» por parte de la dirección. Así que el encuentro, obviamente, se desarrolló en un contexto marcado por la convocatoria de la huelga que debería iniciarse mañana.

Los responsables de Carsa remitieron cualquier debate sobre el futuro de los quince trabajadores despedidos al proceso de negociación del ERTE, que se iniciará el viernes. Por ello, la movilización ha quedado en suspenso a la espera de que se celebre esa primera reunión y lo que esta pueda dar de sí. Xan Bouzas, secretario comarcal de la CIG en O Salnés, advierte de que el comité solo aceptará la readmisión de los quince operarios o fórmulas que mantengan su relación laboral con la empresa, con la vista puesta en las condiciones que se pacten para ese ERTE. En ello coincide Miguel María, delegado de CC. OO., quien recuerda que la huelga sigue siendo el horizonte inmediato en caso de que la compañía no se avenga a reconsiderar las expulsiones.

Lo que la cúpula de Carsa propone es un expediente de regulación por causas organizativas y de producción que afectaría a toda la plantilla. Se traduciría en una suspensión del conjunto de los contratos, debida al descenso de la carga de trabajo que la carrocera está padeciendo tanto por parte de entidades públicas como de clientes privados. Las previsiones apuntan a que esta caída en el sector, que puede oscilar entre un 40 y un 60 %, se mantendrá durante los ejercicios del 2021 y el 2022. Así que la plantilla se iría activando y relegando en cada momento, en función de los pedidos a los que la compañía tuviese que hacer frente.

La reunión de ayer sirvió, precisamente, para que la dirección hiciese entrega de la documentación pertinente a los sindicatos, y los emplazase para el encuentro que tendrá lugar el viernes.

Los representantes de la plantilla encuentran en esta serie de cálculos una contracción importante, ya que, razonan, no tiene sentido prescindir de quince obreros experimentados cuando las líneas de producción necesitarán funcionar a tope en los momentos en los que haya trabajo, a fin de cumplir los contratos, y para ello será necesario contar con todas las manos disponibles.

Lo cierto es que, en cuestión de unos pocos días, la carrocera de Bamio se ha desprendido de la tercera parte de su plantilla, conformada por 135 trabajadores indefinidos en la cadena de producción -es aquí donde se produjeron los quince despidos-, 27 en oficinas y 56 temporales. A estos últimos no se les renovaron sus contratos.