«Para salir de esta hay que reinventarse»

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mónica Irago

Bea Meléndez atendió ayer a varias clientas que habían reservado cita en su tienda de ropa, Viva la Vida

05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis desatada por el covid-19 ha puesto a prueba los límites del optimismo de Bea Meléndez. Ella, capaz de ver la cara buena del mundo hasta en los peores momentos, asegura que esta vez le está costando. «Estuve a punto de arrojar la toalla; este golpe fue muy duro». Aún así, este lunes sonreía a medias en una de las dos tiendas que tiene en Vilagarcía. Las bautizó en su día como Viva la Vida, toda una declaración de intenciones. «De momento, voy a abrir solo esta. Tiene dos probadores, los materiales son lavables, puedo hacer desinfección con ozono y además tengo mejores condiciones para controlar el aforo a partir del próximo lunes», confiesa mientras se afana por tener todo a punto en el local para la primera clienta de la jornada. La había llamado para pedir cita. «Le envité fotos de algunas cosas que tengo en tienda, porque ahora la gente quiere venir a tiro fijo», explica. Para recibir a sus clientas —espera a tres en esa jornada inaugural— lo tiene todo preparado. «Esta semana va a ser muy extraña. Voy a aprovecharla para preparar las cosas para la semana que viene y para centrarme en la página web. Antes ya era el futuro, y ahora mucho más». Meléndez se deshace en agradecimientos al propietario del bajo en el que tiene su negocio. «Me llamó enseguida y me dijo que por el alquiler no me preocupase», relata. Ese gesto fue uno de los puntos de apoyo sobre los que comenzó a reconstruir su esperanza de salir a flote. El horizonte, dice, es de color negro. Espera ser capaz de ponerle color: «Para salir de esta hay que reinventarse».

Las zapaterías también volvieron a su actividad, que para algunos supuso un gran refuerzo anímico.

La adaptación a las nuevos hábitos sanitarios también será otro de los retos del pequeño comercio.

Las restricciones a la movilidad tuvieron una incidencia directa en la actividad de los talleres, que podían permanecer abiertos para urgencias mecánicas.