Un lugar que quiere un lavado de cara

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Mala iluminación y peores accesos componen un panorama poco optimista

04 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una recta, con empresas a ambos lados, pero, a día de hoy, el término polígono industrial le viene un poco ancho. Son empresas potentes en las que trabajan alrededor de trescientos empleados, pero que están ubicadas en un lugar que necesita un profundo lavado de imagen. Se lo comentaron los jefes a los concejales del gobierno local de Vilagarcía en la visita que al lugar realizaron, y se lo recordaron los propios trabajadores de las empresas el lunes, cuando presentaron un escrito por registro solicitando mejoras. De hecho, hoy está previsto que se concentren a partir de las tres de la tarde para reclamar que se atiendan.

El polígono de Bamio carece de cualquier tipo de las estructuras que deberían tener hoy en día cualquier instalación que quisiera tener esa denominación. Para empezar, ni siquiera tiene un buen acceso para que los camiones lleguen hasta las distintas empresas que allí operan. La entrada de los vehículos pesados que llegan desde Santiago es en muchos casos imposible y, en los demás, supone todo un ejercicio de riesgo que conviene evitar. La solución por la que optan la mayoría de los conductores es continuar hasta O Salgueiral. Una solución que supone, por otro lado, que tengan que atravesar un núcleo de población como es Bamio. No se acaban los problemas para los camiones porque la salida de las distintas empresas tampoco es sencilla, como se puede observar en alguna de las imágenes tomadas en la tarde de ayer.

Pero no es el del acceso el único problema que presenta el polígono. La iluminación es escasa, las aceras brillan por su ausencia en alguno de los tramos y donde las hay corren el serio riesgo de ser devoradas por las hierbas si por allí no aparece en breve alguien dispuesto a cortar ese avance por lo sano.

El aparcamiento

Y, por último, está el asunto del aparcamiento, que tampoco es sencillo. Para empezar porque no hay un paso de peatones que permita cruzar la carretera sin mayores riesgos que la ceguera de algún conductor con prisa. Y para rematar, porque la línea continua en los arcenes tampoco ayuda a que todos los estacionamientos cumplan las reglas.