Amigos de Galicia anuncia recortes en el reparto de alimentos a familias sin recursos

Bea Costa
Bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Niega que haya distribuido productos caducados y expresa su pesar por la situación creada en la fundación

24 feb 2020 . Actualizado a las 22:13 h.

«Mucha gente va a quedar descolgada». Son las palabras empleadas por el director general de Amigos de Galicia, Jesús Busto, para referirse al hecho de que serán muchas las familias que dejarán de recibir las partidas de alimentos que venía distribuyendo la fundación. La Consellería de Sanidade acaba de prohibirle la manipulación de productos frescos, lo cual obliga a la organización a reformular su «modus operandi».

Amigos de Galicia seguirá con su labor solidaria de reparto de alimentos, pero solo lo hará con productos no perecederos, cada tres meses, y, en el caso de los perecederos, recurrirá a terceros. Dejará de recoger los donativos de empresas y particulares y se limitará a comprar la carne, los huevos o las legumbres a sus actuales proveedores, Gadis y Froiz. La fórmula que está estudiando pasa por implantar una especie de tarjetas de crédito válidas en establecimientos de alimentación para que los beneficiarios de las ayudas compren directamente allí la comida.

Con este modelo mucha gente se quedará por el camino dado que desaparece el sistema de entrega directa a través de sus almacenes y se reducirán las existencias disponibles. Busto no está todavía en disposición de dar cifras sobre el alcance de los recortes, pero, en todo caso, ya no será posible mantener las cifras que manejó la oenegé el pasado año: 37.456 personas fueron atendidas en el programa de alimentos —de las cuales 13.480 eran menores— y se distribuyeron un millón de kilos de alimentos.

Busto ofreció este lunes una rueda de prensa —una comparecencia «que no es agradable», dijo—, para explicar el escenario ante el que se encuentra la fundación después de que el viernes la consellería inspeccionara sus almacenes centrales en Vilagarcía a instancias de una investigación que lleva a cabo la Fiscalía de A Coruña.

Como ya avanzó el sábado, el director general no cuestiona en ningún momento la idoneidad de la decisión adoptada por Sanidade porque reconoce que la nave no reúne las mínimas condiciones higiénicas; entran roedores y carece de infraestructura a la hora de garantizar la cadena de frío para la conservación de alimentos frescos.

Desde la fundación constatan que estuvieron funcionando en precario, pero, matizan, siempre actuaron de buena fe. «No podemos dejar sin comer a la gente». Desgraciadamente, sigue habiendo miles de hogares gallegos con las necesidades básicas sin cubrir y Amigos de Galicia se propuso llegar a donde no llega la administración, aun a riesgo de incumplir la ley. «Nuestra buena voluntad nos ha llevado a crecer en demasía sin contar con los medios oportunos».

No solo estaban en precario sus almacenes. La organización también desvela que la distribución de alimentos que se realiza a través de pabellones y otras instalaciones públicas que cede la administración para este fin tampoco garantiza la salubridad y trazabilidad de los alimentos, a mayores del problema de falta de privacidad que conlleva para las personas que recurren a esta vía. De manera que este sistema también se desterrará de los operativos de la organización.

Lo que niega de forma rotunda la fundación es que haya entregado productos caducados. «Sí es cierto que recibimos grandes cantidades de alimentos donados por empresas con una fecha de consumo preferente corta —especialmente leche y yogures— y la entidad siempre ha informado a las personas, siendo voluntad de ellas recogerlos o no», explican vía comunicado.

«Cabe destacar también que la entidad siempre ha trabajado en colaboración con los servicios sociales de los ayuntamientos y todos los productos alimenticios entregados eran revisados y supervisados por el personal de los mismos, siendo estos quienes entregaban los productos (...) En 25 años que llevamos trabajando en este programa nunca tuvimos ningún problema de intoxicaciones».

Sí reconocen que en su almacén de San Cibrao das Viñas —que también fue objeto de una inspección— hay una partida de alimentos del 2015 que han caducado, «pero estos productos estaban almacenados para su destrucción». Se trata de melocotón, judía y tomate envasados a los que no se le pudo dar salida y que nunca hubo intención de entregar a las familias, según informa la fundación.

Otra de las prácticas habituales en esta oenegé, y que dejará de hacer, es el etiquetaje de productos frescos a granel, como es el caso del género que le entregan los pescadores deportivos, que se llevaba a cabo «sin ser conscientes de que no podíamos etiquetar dichos productos».

Amigos de Galicia está por la labor de colaborar con las autoridades —«no queremos crear ningún problema», afirman— y anuncia que, al margen de los problemas surgidos con el reparto de alimentos, va a continuar con su labor social en otras muchas vertientes: empleo, mujeres en situación de vulnerabilidad, atención a personas mayores que viven solas y, especialmente, en la defensa de la infancia.

Sus ayudas han salvado situaciones extremas de pobreza, y no solo a la hora de llenar la nevera. Busto dio ejemplos. «En Vilagarcía dos familias recibieron ayudas por 33.000 y 40.000 euros», indicó, montante en el que se incluyen desde obras en las casas hasta el pago de facturas de la luz y el agua.

En la fundación están muy apesadumbrados por todo lo que está ocurriendo, primero por las familias y, después, por las doce personas que perderán su empleo por los cambios operativos, por la mala imagen que se proyecta a la opinión pública y «por los socios y socias de la entidad y empresas que han colaborado con nosotros». «Desde la entidad asumimos que todo el trabajo que hacemos es mejorable, pero siempre hemos sido y somos honestos en la gestión».

En cuanto al origen de la denuncia que propició la investigación de la Fiscalía, Busto desveló que partió de dos personas que habían estado en la fundación trabajando en labores en beneficio a la comunidad.