Ravella se pondrá en contacto con el dueño de los terrenos que se han convertido en un vertedero

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Mouriño apela a la concienciación para frenar estos desmanes

14 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Vilagarcía se pondrá en contacto con el propietario, o los propietarios, de los terrenos de As Carolinas que, poco a poco, se están convirtiendo en un vertedero. La intención del Concello es que el descampado recupere la normalidad cuanto antes y que la basura, que la hay y en una cantidad más que notable, desaparezca de la manera más rápida posible para evitar problemas de salubridad.

El lugar que se ha convertido en un basurero improvisado está muy cerca del centro de la ciudad. Se encuentra en la zona trasera del supermercado Día que está ubicado en As Carolinas, prácticamente colindante con el ambulatorio de la ciudad. Allí se vienen acumulando desde hace semanas desperdicios de todo tipo. Muchos de ellos, probablemente, de las propias sobras de los dos supermercados que se encuentran en la zona -además de un Dia hay un Lidl- que acaban en la basura y, de ahí, en las manos de quienes rebuscan entre los restos para encontrar algún tipo de sustento. Todo queda desperdigado por la zona, donde ya reinan los plásticos y pueden encontrarse todo tipo de productos, desde frutas y legumbres hasta neumáticos de bicicletas, sin olvidarnos del puro escombro, tan habitual en este tipo de circunstancias.

Más allá de lo que suceda con el vertedero, que tiene los días contados o al menos esa es la intención del Concello de Vilagarcía, desde el gobierno local se apela al sentido común de la ciudadanía para evitar que situaciones tan desagradables y que pueden llegar a convertirse en un problema de salubridad, se repitan.

Lino Mouriño, el edil responsable de Obras, hace un llamamiento a la concienciación ciudadana para intentar que este tipo de sucesos, que es verdad que acostumbran a ser más habituales en los montes de las afueras pero no tanto prácticamente en el centro de la ciudad, no se conviertan en moneda común. Sobre todo, teniendo en cuenta la dificultad que supone coger a sus autores en plena acción.