Los opositores a la mina de Touro: «Gañamos unha batalla pero seguimos en alerta; a amenaza continúa»

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

La PDRA celebra la declaración de impacto ambiental negativa de la Xunta, pero quedan muchos frentes abiertos

31 ene 2020 . Actualizado a las 21:25 h.

Llevaban 886 días librando una batalla agotadora; 886 días «de agonía», gritando «mina non» sin saber si alguien los escuchaba. Revisando documentos, recogiendo pruebas, organizando movilizaciones masivas. Fueron 886 días de trabajo intenso y agotador, y no es de extrañar que este viernes, en rueda de prensa, una de las portavoces de la plataforma de vecinos de Touro y O Pino se emocionase casi hasta las lágrimas al hablar de la batalla ganada. «Hoxe estamos de celebración. O camiño é longo, porque isto non rematou aínda. Isto só foi unha batalla, importante, pero só unha batalla... E gañámola», sentenciaba Elena Vázquez.

Estos días, coinciden todos los colectivos que lucharon contra el proyecto de Cobre San Rafael, son de celebración. De felicitarse por haber logrado parar un proyecto que suponía una amenaza, dicen, no solo para quienes viven en el entorno más inmediato de la zona que se pretendía excavar, sino para todos los habitantes de la zona baja del Ulla y de la ría de Arousa. Ese peligro fue percibido de inmediato por las cofradías y los mejilloneros que integran la PDRA, que no tardaron en sumarse a la batalla de los vecinos de Touro, creando un poderoso frente de acción. Y es que, si hay una lección que pueda sacarse de todo lo que ha ocurrido hasta la fecha, dicen desde la Plataforma, es que «a mobilización popular é moi importante», en palabras del patrón mayor de Cambados, Ruperto Costa. Las masivas manifestaciones contra el proyecto minero -la plaza de O Obradoiro, abarrotada, da testimonio de ello- fueron cruciales, aseguran desde la PDRA, para que la Xunta no dictaminase a favor el proyecto minero. Pero también fueron muy importantes las causas judiciales abiertas en Arzúa por los vertidos que, treinta años después, sigue produciendo la vieja mina. «Evidentemente, foron elementos chave para que a Administración se pensara moito darlle a autorización ambiental, e finalmente desistise", apuntan desde Adega. 

El anuncio de la conselleira de Medio Ambiente de que la declaración de impacto ambiental será negativa ha sido celebrada, aunque «aínda estamos á espera de ver o documento final, como o argumentan, porque estamos seguros de que a empresa aproveitará cada eiva que atope nel» para volver a la carga, de una o de otra forma. Los cambios legislativos introducidos en los últimos años, apuntan desde el frente opositor, van a jugar a favor de la iniciativa minera. Pero, si intentan volver a dar la batalla en Touro se encontrarán, de nuevo, «non con muíños, como eles pensaban que se ían atopar, senón con xigantes»: vecinos organizados y dispuestos a darlo todo para defender sus derechos y sus vidas. 

De hecho, el movimiento no va a pararse. Tras la primera victoria, ahora toca fijarse un nuevo objetivo: reclamar a la empresa que acometa la restauración de la vieja explotación minera, que lleva treinta años «nunha situación de absoluta insostenibilidade, contaminando os afluentes do Ulla, ante a pasividade da Xunta, malia recoñecer en documentos públicos que levan trinta anos sen autorización de verquido».

Esa batalla les permitirá seguir muy atentos a todo lo que pase alrededor de la mina de Touro-O Pino. Y es que, tal y como recordaron varios participantes en la rueda de prensa, la concesión minera no caduca hasta el 2068. «Espertamos dun pesadelo, pero o monstro sigue aí».