Sobre el paso de los años, Patricio y Carlos matizan su peso a la hora de enfrentarse a los partidos. En el caso del cambadés, priorizando el «pasárselo bien». En el del vilagarciano, poniendo por delante un «no sé si está bien decirlo, o no», resaltando que «ha bajado el nivel. No me sentí desentonado; para hacer el ridículo, me quedo en casa. Sé cuál es mi papel ahora, ayudar a los chavales, y enseñarles lo que pueda», aunque, riéndose de sí mismo y de su fama de «chupón», no descarta «tirarme hasta las zapatillas en algún partido».
Compañeros en el mismo equipo del Torneo Social de Vilagarcía desde hace tres años, Serqueira y Pombo se manifiestan encantados de verse sobre las canchas del baloncesto federado autonómico a estas alturas de la vida. «Me encanta, me encanta que Pombo siga jugando. Está en forma». El base del Illa de Arousa responde que le parece «estupendo» el regreso de Patricio: «Siempre está bien que los viejos rockeros de la Old School no se retiren. A ver si así la gente joven aprende un poco» [risas].