La quimio que llevó al milagro navideño

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

RAMON LEIRO

El montaje del belén en la iglesia de San Francisco tiene detrás la entrañable historia de José María y Mercedes

13 dic 2019 . Actualizado a las 18:12 h.

José María y Mercedes Largo, hermanos y de Vilagarcía, son unas de esas personas a las que podría dársele un título de licenciados en poner belenes. Empezó él, hace más de treinta años, en la iglesia de los padres de la capital arousana, la de los Misioneros Claretianos, ayudando a unas mujeres mayores que se encargaban del nacimiento. Su hermana le hacía de pinche antes y después del trabajo. Y poco a poco se fueron encargando ellos solos del belén. Fueron años y años colocando al Niño, a San José y a la Virgen María en el templo vilagarciano. Por eso, ambos se quedaron un tanto desolados cuando esta iglesia cerró. Quizás para compensar esa tristeza y dado que no querían que las antiguas figuras del belén quedasen para siempre encerradas en una caja, los misioneros les regalaron el belén. De eso hace ya tres años. Se lo entregaron un mes de septiembre. Y Mercedes le dijo a su hermano... «¡Qué pena me da no tener un sitio en el que poner estas figuras... se acerca la Navidad y no vamos a encontrar un lugar». Él le respondió: «Dios proveerá». Y, o Dios o las casualidades, proveyeron lo que para Mercedes «fue como un milagro».

Resulta que por aquel entonces José María viajaba de forma continua a Pontevedra para someterse a un tratamiento de quimioterapia. Al terminar, solía acudir a la iglesia de San Francisco. Allí estaba cuando vio un cartel que decía que el nacimiento del templo se había quemado en el año 1995, en el incendio que sufrió el recinto conventual, y que desde entonces no se había vuelto a colocar. «En el letrero se pedía a quien pudiese que donase figuras. Mi hermano lo vio y se le iluminó la cara», dice Mercedes.

José María y Mercedes supieron entonces que ya tenían destino para el belén que guardaban con mimo. Hablaron con los franciscanos y estos se mostraron encantados. Así que los hermanos se pusieron manos a la obra y llevan ya tres años poniendo en nacimiento en la iglesia pontevedresa de San Francisco.

«Soy la que saca los defectos»

¿Qué tiene de especial el nacimiento, más allá de la historia de quienes lo colocan? «Pues tiene figuras muy antiguas. No sabemos exactamente de qué año son pero sí que tienen mucho tiempo. Además, es muy bonito, hay que verlo, no se puede explicar su belleza sin observarlo», cuenta Mercedes, quien achaca todo el mérito a su hermano José María. «Yo solo soy la que saco los defectos», indica entre risas. Les llevó varias tardes de esta misma semana montar el nacimiento, que ahora ya luce en todo su esplendor. Les ayudó también el marido de Mercedes, José Antonio, que se encarga de la logística más pesada, como las bases para luego colocar las figuras.

En el convento de San Francisco, comunicado con la iglesia del mismo nombre, el padre José hace un alto en la tareas mañaneras para hablar del belén. Cuenta que, efectivamente, «el que había se perdió en el año 1995, cuando ardió la iglesia se quemaron muchas cosas... y sí que pasaron más de veinte años sin que lo tuviésemos. El que se puso ahora es muy bonito», indica. Hablaba así mientras pontevedreses y turistas empezaban a disfrutar del trabajo de José María y Mercedes. Ellos están contentos por el milagro de haber visto ese cartel y tener un sitio para su belén. Y, más aún, de que aquella quimio hiciese que José María se curase.