El vilagarciano que luce «hat-trick» en su 1-X-2 frente al Arousa

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Fajardo le marcó su tercer tanto en tres partidos al conjunto arlequinado con el Arenteiro. Goles que, confiesa, le hacen una ilusión especial

19 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es de imaginar que la defensa del Arousa estará mucho más atenta en el partido de la segunda vuelta a Jorge Fajardo Villamil (13/VIII/1986). Más le vale. Porque de lo contrario, el equipo de Rafa Sáez se arriesgará a volver a sufrir al lateral izquierdo vilagarciano. En una nueva muestra de ese golpeo exquisito que atesora en su pierna izquierda, el joven zaguero le endosó el domingo su tercer gol con la camiseta del Arenteiro al equipo de su pueblo, uno por cada partido de Liga que han disputado ambos desde la temporada pasada.

Como en las dos ocasiones anteriores, fue además el de Fajardo un gol psicológico. Corría tan solo el minuto 2 de la difícil visita del Arousa a un campo de O Espiñedo blando e inhabilitado para el control al pie del balón, cuando el carrilero recibía en el costado izquierdo del área grande arlequinada, y libre de marca, cruzó el esférico estrellándolo a media altura en el palo zurdo de la portería de Manu Táboas a modo de carambola hacia el interior de la misma. Un 1-0 que dio al Arenteiro seguridad para resistir las embestidas visitantes, y el crédito para acabar repartiéndose los puntos tras el gol de Pedro Beda en el primer penalti pitado a favor del Arousa esta temporada.

El curso anterior, en su primera campaña en el vestuario del equipo de O Carballiño, Fajardo ya había amenazado con aguarle la fiesta al Arousa en A Lomba en el encuentro de la primera vuelta liguera, anulando en el arranque de la segunda parte (minuto 54) el 1-0 de Sylla (minuto 33), con el delantero africano firmando el 2-1 defenitivo en el 65.

Casi cinco meses después, el pasado 27 de abril, el vilagarciano se encargó de liquidar al cuadro de Rafa Sáez, transformando un penalti en el 78 con el que se cerraba el a la postre definitivo 2-1 en O Espiñedo, en una tarde de infortunio para el Arousa. Pacheco abría la lata con un tanto en propia meta a la media hora de juego, que Manu Rodríguez compensaría durante unos minutos anotando una pena máxima en el 41. Fue esta última, en la jornada 34, la segunda de las cuatro derrotas en los últimos seis encuentros de Liga que apartarían al Arousa de la última promoción.

Le preguntamos a Fajardo qué supone para él marcarle al equipo de su pueblo. Y contesta: «Siempre hace más ilusión que a otro equipo». Algo que no había conseguido antes ni con la camiseta del Ribadumia, ni con la del Boiro.

La puerta del Celta se le cerró

El defensa, que actúa de carrilero en el sistema con tres centrales del que suele tirar Gelucho en el Arenteiro, recordaba ayer que «solo jugué dos años en el Arousa, en benjamín y alevín de primer año», enrolándose acto seguido en la cantera del Celta, en la que evolucionó durante nueve temporadas. Integrante del equipo de División de Honor Juvenil las dos últimas, titular indiscutible en la definitiva, conquistando la Liga, semifinalista en la Copa del Rey, y eliminado en primera ronda de la Liga de Campeones por el Real Madrid de Borja Mayoral, Fajardo había sido informado de que se contaba con él para el filial celeste en su primer año sénior, después de haberse entrenado toda su última campaña como juvenil en sus filas. Pero ese verano coincidió con la marcha de Toni Otero como director de la cantera del Celta, y los nuevos responsables comunicaron a finales de la pretemporada al lateral que no contaban con él. «Obviamente», recuerda hoy, «fue un bajón para mí», cuenta.

Su primer destino fuera del nido olívico fue el C.D. Ribadumia de David Sierra. «Llegué la misma semana del inicio de la Liga. Al principio me costó entrar, porque llegué mal psicológicamente. Pero acabé siendo titular», rememora. Al verano siguiente respondió al interés mostrado por el Alavés B, también de Tercera, en el que terminó encantado: «No era un titular fijo, pero alternaba. Acabamos campeones de Liga. Nos eliminó el Formentera en el cruce de campeones, eliminamos a un equipo cántabro, y nos quedamos sin ascenso en la tanda de penaltis con el Ontiyent tras perder 3-0 en Alicante y ganar 3-0 en casa». Una «muy buena experiencia», dice. Pero volvió a Galicia. A un Boiro en el que coincidió con el hoy arlequinado Javi Otero, pasando de partir como candidatos al ascenso, a sufrir para mantenerse en medio de una crisis brutal en el seno del club, materializada en los cuatro meses de impagos acumulados a la plantilla.

En el verano del 2018, tras probar sin éxito con el Las Palmas Atlético, una llamada del ex arlequinado Hugo Sanmartín lo convenció para fichar por el Arenteiro. Y su satisfacción en el club de O Carballiño quedó patente con su renovación, poniendo Fajardo un año más la calidad de su zurda al servicio de un equipo en el que luce los galones de lanzador de penaltis; la temporada pasada, marcando 4, y 7 goles en total.

«Algún contacto hubo con el Arousa, pero nunca nada serio»

El historial de Fajardo en el Celta, y sus prestaciones en sus cuatro equipos en Tercera hasta el momento llevan a preguntarle al futbolista si alguna vez el Arousa le presentó una oferta. «Algún contacto hubo, pero nunca un contacto serio», responde. Y eso que vive en Vilagarcía, desde donde se desplaza a Santiago para subirse con otros compañeros de equipo a un coche a entrenarse a O Carballiño, y vuelta.

En las filas de un Arenteiro confeccionado para disputar la fase de ascenso, Fajardo sostiene que «estamos mereciendo mucho más» de lo que registra la clasificación, decimocuarto lastrado por su condición de rey del empate, 8 en trece jornadas de Liga. Una mezcla de «mala suerte, y falta de acierto, porque creamos muchas oportunidades de gol».

Sobre el duelo del domingo, entiende que fue «muy igualado», y que «los dos equipos tuvimos ocasiones para ganar». ¿Qué le parece este Arousa a Fajardo? «Este año lo veo en el play-off», contesta.