El incendio de Rosalía de Castro reaviva el conflicto de las emergencias

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Los bomberos aseguran que Protección Civil los dejó sin espacio para aparcar y que gente en pantalón de deportes tendía mangueras

29 ago 2019 . Actualizado a las 20:40 h.

Cualquiera que ayer se dejase caer por el número 117 de la avenida Rosalía de Castro pudo comprobar el enorme despliegue de medios que provocó el incendio declarado en un séptimo piso del edificio Pico Sacro. El siniestro en sí ha pasado a un segundo plano a raíz de un problema cuyas raíces se hunden lejos en el tiempo y renace de forma periódica en Vilagarcía: las competencias en conflicto a la hora de atender episodios de emergencia.

Los bomberos del consorcio provincial, con bases en la capital arousana y Ribadumia, acaban de salir en tromba para denunciar toda una serie de hechos acontecidos a lo largo de la cobertura del incendio, Aseguran que, a su llegada, los vehículos del servicio municipal de Emerxencias, en el que se integra la agrupación de voluntarios de Protección Civil, habían copado todo el espacio de estacionamiento disponible, de forma que se quedaron sin margen para poder aparcar. «La autoescalera no pudo ser posicionada ni desplegada para el acceso por la fachada», afirma el colectivo profesional, que añade que se produjo un retraso de siete minutos en el aviso del departamento municipal al 112, «retrasando la activación del consorcio contraincendios e incumpliendo el protocolo dictaminado por la consellería pertinente».

Los bomberos explican que, al acceder a las escaleras del edificio, se encontraron «con personal voluntario, personal del Concello e incluso personas en pantalones de deportes realizando tendidos de mangueras, sin coordinación con el mando del servicio del consorcio». En un momento dado, un cabo desplazado a la intervención da indicaciones a un operario municipal, pero este «hace caso omiso de las mismas y toma decisiones sin consultar con el personal de bomberos, que es quien, por ley, tiene competencias en materia de emergencias».

Los 31 operarios que conforman la plantilla de bomberos de Vilagarcía y Ribadumia aseguran estar hartos de una situación que, advierten, pone en riesgo a la ciudadanía. Estos y otros episodios fueron consignados en un requerimiento que el colectivo remitió al alcalde, Alberto Varela, hace un mes. Si el Concello no toma cartas en el asunto, están dispuestos a denunciar este estado de cosas ante la Xunta y la Diputación, e incluso acudir a los tribunales.