Desakato barrieron con todo y se hicieron con el primer asalto del festival de Vilaxoán, que espera ya a Evaristo Paramós y a punto estuvo de no celebrarse por el viento y la lluvia
11 ago 2019 . Actualizado a las 16:42 h.El viento del sur, tan poético para algunos, puede convertirse en el peor de tus enemigos. El temporal que el jueves por la noche azotó la ría de Arousa estuvo a punto de llevarse algo más que la carpa de Ás 9 na praia, el atardecer chill out que sirve Vilagarcía desde la playa de A Concha cuando cae agosto. Poco faltó para que arrasase también As Revenidas y sus tres jornadas de actividades abiertas, con uno de los mejores carteles musicales del verano galaico. Siempre que lo tuyo sea una ración razonable de tralla y meneo, claro. Para todo lo demás, ancha es Castilla y anchas son las propuestas de ligero octanaje que pueblan el calendario festivalero del país.
El caso es que los de Vilaxoán aguantaron el tipo. Con un solo escenario y obligados a retocar los horarios del viernes, pero siguieron adelante. La resistencia siempre tiene premio. Y tras Flow do Toxo, encargados de descorchar el asunto, Desakato barrió con todo. Hace ya tiempo que los asturianos están inmersos en una poderosa evolución que ha llevado el vigoroso punk rock de sus inicios a un territorio mucho más amplio sin perder por ello un ápice de potencia. Esta gente compone un verdadero espectáculo en directo. Después llegaron los buenos malos modos de Mal Elevé o el movidón que se montan The Babbon Show. Pero ver a Pepu haciéndose un tremendo mosh, que decíamos los de antes, para deslizarse sobre el público con la banda entregando tres bises encadenados y el personal rendido marca un nivel que será muy complicado superar.
Difícil imaginar una mejor apertura para que Evaristo Páramos y sus Gatillazo se lleven esta noche el festival de calle, con permiso de Talco, siempre un lujo sobre el escenario. Y el temporal, pues eso, a tomar viento.