La comunidad de Cea denuncia circuitos ilegales de motos y bicis en sus montes

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Alertan del riesgo que supone que se realicen obras que alteran pistas y parcelas sin ningún tipo de control

21 mar 2019 . Actualizado a las 21:00 h.

Bajo el tendido de una línea de Fenosa, muy cerca del polígono de O Pousadoiro, la tierra ha perdido la vegetación. Alguien ha trazado, sobre el suelo, un recorrido por el que suelen transitar motos. En un punto, aprovechando la pendiente, se ha construido una rampa desde la que hacer piruetas. Julián Abuín, el presidente de la comunidad de montes de Cea, señala las marcas del suelo. El suyo es un gesto entre la resignación y el enfado, porque esa pista, como las otras que hay en el monte, han sido construidas no solo de espaldas a los comuneros, sino sin ningún tipo de permiso ni control administrativo. «E nós, para arranxar un camiño, temos que sacar permisos», apunta.

Los comuneros están cansados de tropezarse con estos circuitos. Han detectado la existencia de al menos dos trazados utilizados por motos, y numerosos senderos de los que gustan quienes andan en bicicleta. La mayoría de los que practican estas disciplinas se adentran en el monte «sen ningún tipo de control. ¿E se empeza un incendio? ¿E se pasan por onde se está a traballar e levan un golpe cunha máquina?». A los comuneros les preocupa esa invasión de su territorio. Y les incomoda, especialmente, que quienes se adentran en sus dominios tengan la audacia de alterar el entorno y, en ocasiones, deshacer el trabajo en el que la comunidad ha invertido tiempo y esfuerzo.

Los comuneros, por ejemplo, se esfuerzan para mantener a punto las pistas forestales. Entre otras cosas, porque de ello depende en buena medida la capacidad de reacción ante un incendio. Para evitar que los caminos se deterioren con las lluvias, se cavan a los lados unos canales para concentrar el agua. Pero hay quien tapa esos regueros artificiales, lo que provoca que el agua vuelva a correr por la pista, la are, y genere un firme irregular «que causa moitos problemas ás bombas».

Vía judicial

Los comuneros aseguran que han denunciado este problema en numerosas ocasiones por vía administrativa. «Pero non vemos resultado ningún». La única opción que les quedaría sería «ir polo xulgado, pero iso non vale de nada se non levas nomes e apelidos». Y ese es un trabajo detectivesco que no les corresponde a ellos realizar, por lo que piden que todos los agentes -forestales, Seprona, etcétera- que andan por el monte tomen cartas en un asunto que consideran preocupante y urgente. «Eles tamén saben o que pasa», se lamentan desde una comunidad que no tiene ningún problema con que la gente se acerque a disfrutar del monte. De hecho, «autorízanse dous eventos de bicicleta por ano; cos seus seguros de responsabilidade civil e con todo en orde». Pero está claro que para los aficionados no es suficiente, y por eso «todos os días» hay alguien en moto o bici por el monte. «¿E se lles pasa algo, quen se vai facer responsable», se preguntan los directivos de Cea.

Regeneración de espacios y nueva balsa de agua

La regeneración de una vieja cantera de áridos es otro de los proyectos de la comunidad de montes de Cea. La actuación ya cuenta con todos los permisos, y los trabajos están en marcha. La intención, explicaba Luis Piñeiro, de la directiva, es reducir el tamaño de una gran balsa de agua natural que se ha formado en la zona. Para ello, se está rellenando el vaso formado por la piedra con tierra, a fin de dejar hueco para albergar hasta 160 metros cúbicos de agua, que pueden ser cruciales en caso de incendio. En estos momentos, en los montes de Cea hay ya tres pilones para facilitar la lucha contra el fuego, los tres de fácil acceso tanto para helicópteros como para camiones bomba.

seguridad

Del «jardín de la frutería» a la reserva para Lourizán

El pino es la especie arbórea preferida por los comuneros de Cea, que cuidan con esmero las zonas que han ido repoblando tras los incendios del 2016. Pero en la amplia superficie que tienen en sus manos hay sitio para que crezcan otro tipo de árboles. Por ejemplo, recientemente han plantado cuatrocientos carballos y castaños, una especie que abunda en la parte de arriba del embalse. Además, los comuneros han bautizado una parcela como «el jardín de la frutería» porque en él crecen naranjos, manzanos y perales. En otras zonas del monte, han cedido terrenos para que los alumnos del centro de capacitación de Lourizán estudien el desarrollo forestal.

usos

«Temos cinco verquidos localizados; hai de todo»

Los comuneros de Cea llevan años librando una batalla contra los vertidos incontrolados. Y parece que esa guerra nunca se acaba. En estos momentos, en las 610 hectáreas de su propiedad, hay localizados al menos cinco puntos en los que se han depositado todo tipo de residuos. Desde papel a electrodomésticos. De muebles desvencijados a escombro. «Hai uns días dimos coa empresa que fixo un deses verquidos; identificámola por uns papeis que botaran no monte. Falamos con eles e dixémoslles que non os denunciabamos se limpaban os cartóns que botaran e, xa de paso, puxémoslle de multa limpar tamén outro verquido que había alí cerca», cuenta la comunidad.

medio ambiente

Los comuneros renovarán su junta directiva el día de las elecciones generales

La directiva de la comunidad de montes de Cea cumple cuatro años de mandato, así que tocan elecciones. Se celebrarán estas el 28 de abril, el mismo día que las votaciones generales. «Nós tiñamos a data posta antes», bromean desde la directiva de los comuneros. Julián Abuín y Luis Piñeiro parecen dispuestos a seguir al frente del colectivo, pero «iso é algo que terán que dicir os comuneiros», unas trescientas personas de entre las que espera que aparezcan voluntarios interesados por el futuro del monte para, por lo menos, ir preparando el relevo. Los dirigentes de la comunidad reconocen que estos cuatro años han sido difíciles, con continuas visitas a los juzgados derivadas de los problemas que se arrastraban de antes. De ellos, dicen los directivos, se aprendió mucho. Toda la gestión económica de la comunidad es ahora clara, cristalina y está documentada de todas las maneras posibles para evitar problemas.

Ese es uno de los legados que deja esta junta de gobierno, pero hay más cosas, porque parte de los beneficios que se obtienen del monte -tanto de la madera como de los aerogeneradores- se ha invertido en obras civiles acometidas con la ayuda de otras administraciones, la mayoría destinadas a mejorar la seguridad vial en las carreteras de la parroquia. También se han renovado los equipos de trabajo en el monte, se han iniciado procesos para recuperar monte comunal que había acabado en manos de particulares y se han redoblado esfuerzos en todo tipo de trabajos selvícolas. Un amplio abanico de actuaciones que esperan que sean refrendadas por los trescientos comuneros de Cea.