El plan de la Xunta deja a Bamio al margen del autobús circular de Vilagarcía

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El diseño introduce alguna expedición más hacia A Illa y ajusta los horarios de Catoira con los del instituto de Carril

06 feb 2019 . Actualizado a las 20:55 h.

El anteproyecto de plan de transporte colectivo que la Dirección Xeral de Mobilidade acaba de hacer público continúa deparando sorpresas, al menos por lo que respecta a O Salnés. A la unificación de las líneas de autobús que comunican el Baixo Ulla, Vilagarcía (incluidas las mal llamadas rutas urbanas) y la conexión comarcal hasta O Grove en una sola concesión se suma, ahora, la constatación de que varias de las peticiones que emanaron de los municipios arousanos apenas han sido tenidas en cuenta. En el caso de la capital arousana, el gobierno socialista de la ciudad apostaba por combinar un sistema más ágil y eficiente con su imprescindible coordinación con el ferrocarril. Pues bien, ni lo uno ni lo otro. Basta comprobar que una de sus solicitudes básicas, que consistía en integrar a Bamio en la denominada línea circular, que une Carril, el centro y Vilaxoán, se ha esfumado por completo del diseño que plantea la Xunta.

La comunicación con O Rial, sobre la que Ravella también había insistido, sí se incluye ahora en ese servicio circular. Por lo que respecta a Bamio, sin embargo, el plan propone solucionar sus comunicaciones con Vilagarcía a través de las rutas que proceden de Catoira. Puede parecer sensato, pero esta decisión provocará que cualquier vecino de Bamio que quiera desplazarse a Vilaxoán, por citar un ejemplo, tendrá que hacer un transbordo en las dársenas de O Cavadelo y, lo que resulta más llamativo todavía, pagar dos billetes distintos.

Esto no quiere decir que la Xunta no haya introducido cambios en esos 32 servicios con los que, a partir del año que viene, pretende solventar las graves carencias en materia de transporte público que aquejan a O Salnés. El tiempo y las alegaciones, siempre que sean atendidas, dirán si son o no suficientes. Por lo pronto, Mobilidade subraya que «se han integrado servicios de transporte especial, en particular escolar, que pasan a prestarse como de uso general, y se ha previsto que ciertos servicios sean prestados bajo demanda». También se añade una expedición de vuelta entre el Hospital do Salnés y A Illa por la mañana, de lunes a viernes, y otra de ida los sábados por la mañana, así como un viaje de lunes a viernes entre Vilagarcía y A Illa a las 20.30 horas, en invierno, y los sábados en el período estival. Por último, «se han adaptado las expediciones desde Catoira a Carril para compatibilizarlas con los horarios de bachillerato».

¿Es posible que un autocar recorra la ruta entre Carril y O Rial en diez minutos con 16 paradas?

Al margen de cualquier otra consideración, que las hay, y en un volumen apreciable, en el anteproyecto del plan de transporte sobresale el optimismo con el que la Xunta calcula el tiempo necesario para cubrir los 32 recorridos que pretende trazar en la comarca. Llaman la atención, por ejemplo, esos diez minutos que, por lo visto, empleará un autobús en recorrer los 5,3 kilómetros que separan A Rosa, en Carril, de la urbanización de O Rial, en el otro extremo de la capital arousana. Teóricamente posible, el feliz pronóstico se viene abajo al comprobar que la ruta dispone nada menos que de 16 paradas. Para cumplir lo previsto, los autocares de la compañía a la que se adjudique el servicio tendrían que dedicarle cincuenta segundos a cada escala, que, la verdad, parecen poca cosa, además de esquivar el denso tráfico que acostumbra a tomar la avenida de Rosalía de Castro o el centro de Vilagarcía un día cualquiera, no digamos un sábado.

Mucho más realista, aunque escasamente operativa, se antoja la cuenta que la dirección xeral ha echado para precisar el tiempo de viaje entre esa dársena de O Cavadelo a la que tanto apego profesa Mobilidade y el complejo deportivo de Fontecarmoa. Veinte minutos que difícilmente agradarán a quienes piensen en utilizar el autobús para ir a nadar unos largos, sudar en el gimnasio municipal o asistir a un partido del Cortegada.

La ensalada de horarios y rutas que se solapan, solo en la capital arousana, merece un último comentario. Parece complicado que los usuarios vayan a acertar con el bus y las frecuencias que deben acercarles a las paradas que desean en caso de que un sistema efectivo de información no les aclare tan intrincado mapa. De momento no existe.