El aparcamiento disuasorio de Marxión se enfrenta a un mar de barro y tierra reblandecidos

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La extensión de material que Ravella llevó a cabo hace unos días apenas ha surtido efecto en el párking

27 dic 2018 . Actualizado a las 13:51 h.

Una parte importante de la política de humanización del centro urbano de Vilagarcía descansa sobre el cinturón de aparcamientos disuasorios, de utilización libre y gratuita, con el que Ravella ha rodeado el núcleo de la ciudad. El número de plazas que se han conseguido, combinando los nuevos espacios con los estacionamientos existentes previamente en lugares como la explanada TIR o el recinto de Fexdega, se aproxima ya a los dos millares. Pero no todo reluce.

No lo hace, al menos, el párking habilitado en una finca inmediata al colegio Anexo A Lomba, en el entorno de Marxión. Se trata de un enclave estratégico, por su proximidad al centro de la capital arousana. Recorrer la distancia que lo separa de la plaza de Galicia, por buscar un referente claro, apenas exige cinco minutos de caminata. En las últimas semanas, sin embargo, su firme se ha visto machacado por las lluvias y el tránsito de los vehículos, hasta el punto de que varios de sus rincones están prácticamente inutilizados.

Consciente de esta situación, la concejalía de Obras cerró el espacio durante varios días, en los prolegómenos de la Navidad, con el objetivo de restaurar su maltrecha superficie. Se trata, merece la pena recordarlo, de medio centenar de plazas muy codiciadas, no solo por el tránsito que dos veces al día genera la actividad escolar, sino por su propia proximidad al centro de Vilagarcía. El caso es que la extensión de material que el Concello llevó a cabo aprovechando la clausura del aparcamiento de poco ha servido. El barro vuelve a colonizar el estacionamiento.

Sea por lo endeble del material que se aplicó sobre el ya castigado terreno, sea porque el personal se ha apresurado a internarse en el párking sin que el firme estuviese lo suficientemente asentado -las vallas tiradas y los montones de tierra ahí están- lo cierto es que el barro manda.

Se trata de un espacio estratégico, con medio centenar de plazas muy próximas al centro